Feliciano me adora y le aborrezco, de Sor Juana Inés de la Cruz | Poema

    Poema en español
    Feliciano me adora y le aborrezco

    Feliciano me adora y le aborrezco; 
    Lisardo me aborrece y yo le adoro; 
    por quien no me apetece ingrato, lloro, 
    y al que me llora tierno, no apetezco: 

    a quien más me desdora, el alma ofrezco; 
    a quien me ofrece víctimas, desdoro; 
    desprecio al que enriquece mi decoro 
    y al que le hace desprecios enriquezco; 

    si con mi ofensa al uno reconvengo, 
    me reconviene el otro a mí ofendido 
    y al padecer de todos modos vengo; 

    pues ambos atormentan mi sentido; 
    aquéste con pedir lo que no tengo 
    y aquél con no tener lo que le pido.

    Juana Ramírez de Asbaje nació en San Miguel de Neplantla (México) el 10 ó 12 de noviembre de 1651. Antes de cumplir los tres años, Juana acudió a la escuela siguiendo a una de sus hermanas mayores. De joven, la pasión por el estudio y el deseo de vivir sola, hicieron que pidiera permiso a su madre para irse travestida de chico a estudiar ciencias en la Universidad de México. Como no pudo ser y no le gustaban los hombres, decidió meterse monja, a pesar de que no tenía vocación religiosa. Moriría el domingo 17 de abril de 1695 del contagio de enfermas a las que asistió durante una epidemia de peste que afectó a la Ciudad de México, donde está enterrada. Tenía 43 años y medio. Había escrito obras fundamentales de la literatura universal. Sus últimas fueron, muy probablemente, los Enigmas ofrecidos a la soberana Asamblea de La Casa del Placer.