Hombres necios que acusáis 
a la mujer sin razón 
sin ver que sois la ocasión 
de lo mismo que culpáis: 
si con ansia sin igual 
solicitáis su desdén 
¿por qué queréis que obren bien 
si las incitáis al mal? 
Combatís su resistencia 
y luego, con gravedad, 
decís que fue liviandad 
lo que hizo la diligencia. 
Parecer quiere el denuedo 
de vuestro parecer loco 
al niño que pone el coco 
y luego le tiene miedo. 
Queréis, con presunción necia, 
hallar a la que buscáis, 
para pretendida, Thais, 
y en la posesión, Lucrecia. 
¿Qué humor puede ser más raro 
que el que, falto de consejo, 
él mismo empaña el espejo 
y siente que no esté claro? 
Con el favor y el desdén 
tenéis condición igual, 
quejándoos, si os tratan mal, 
burlándoos, si os quieren bien. 
Opinión, ninguna gana; 
pues la que más se recata, 
si no os admite, es ingrata, 
y si os admite, es liviana. 
Siempre tan necios andáis 
que, con desigual nivel, 
a una culpáis por crüel 
y otra por fácil culpáis. 
¿Pues cómo ha de estar templada 
la que vuestro amor pretende 
si la que es ingrata, ofende, 
y la que es fácil, enfada? 
Mas, entre el enfado y pena 
que vuestro gusto refiere, 
bien haya la que no os quiere 
y quejáos en hora buena. 
Dan vuestras amantes penas 
a sus libertades alas, 
y después de hacerlas malas 
las queréis hallar muy buenas. 
¿Cuál mayor culpa ha tenido 
en una pasión errada: 
la que cae de rogada, 
o el que ruega de caído? 
¿O cuál es más de culpar, 
aunque cualquiera mal haga: 
la que peca por la paga, 
o el que paga por pecar? 
Pues ¿para qué os espantáis 
de la culpa que tenéis? 
Queredlas cual las hacéis 
o hacedlas cual las buscáis. 
Dejad de solicitar, 
y después, con más razón, 
acusaréis la afición 
de la que os fuere a rogar. 
Bien con muchas armas fundo 
que lidia vuestra arrogancia, 
pues en promesa e instancia 
juntáis diablo, carne y mundo.
Juana Ramírez de Asbaje nació en San Miguel de Neplantla (México) el 10 ó 12 de noviembre de 1651. Antes de cumplir los tres años, Juana acudió a la escuela siguiendo a una de sus hermanas mayores. De joven, la pasión por el estudio y el deseo de vivir sola, hicieron que pidiera permiso a su madre para irse travestida de chico a estudiar ciencias en la Universidad de México. Como no pudo ser y no le gustaban los hombres, decidió meterse monja, a pesar de que no tenía vocación religiosa. Moriría el domingo 17 de abril de 1695 del contagio de enfermas a las que asistió durante una epidemia de peste que afectó a la Ciudad de México, donde está enterrada. Tenía 43 años y medio. Había escrito obras fundamentales de la literatura universal. Sus últimas fueron, muy probablemente, los Enigmas ofrecidos a la soberana Asamblea de La Casa del Placer.