Macbeth:
¿Es una daga esto que veo ante mí
Con la empuñadura hacia mi mano? Ven, déjame tomarte.
No te tengo, y aún así te estoy viendo.
Visión fatal, ¿acaso no eres tan perceptible
Al tacto como a la vista? ¿O no eres más que
Una daga del sueño, una falsa invención
Producto de la mente febril?
Te veo, de forma tan palpable
Como ésta que ahora desenvaino.
Tú me señalaste el camino a seguir
Y qué instrumento habría de usar.
Son mis ojos la burla de los otros sentidos
O por sí solos valen más que todos el resto. Te veo,
Y en tu hoja y tu mango hay gotas de sangre
Que antes no estaban. No, no hay tal cosa:
Es el sangriento crimen que así habla
A mis ojos. Ahora en una mitad del mundo
la Naturaleza simula estar muerta y los sueños infames
Ultrajan al durmiente, la hechicería rinde culto
A la Pálida Hécate y el homicidio,
Custodiado por el lobo, su centinela,
Cuyo aullido es su alerta, avanza con el andar sigiloso
De un Tarquino hacia su víctima,
Moviéndose como un fantasma. Tierra firme y sólida,
Silencia mis pasos donde quiera que vayan, no sea que
Tus piedras denuncien mi paradero
Y arrebaten al tiempo el presente horror
Que ahora le cabe. Y mientras yo amenazo, él vive:
Las palabras enfrían con su aliento el calor de los actos.
(Suena una campana)
Voy, y está hecho; la campana me invita.
No la oigas, Duncan. Es un tañido
Que te llama al cielo o al infierno.
Macbeth:
Is this a dagger which I see before me,
The handle toward my hand? Come, let me clutch thee.
I have thee not, and yet I see thee still.
Art thou not, fatal vision, sensible
To feeling as to sight? or art thou but
A dagger of the mind, a false creation,
Proceeding from the heat-oppressed brain?
I see thee yet, in form as palpable
As this which now I draw.
Thou marshall’st me the way that I was going;
And such an instrument I was to use.
Mine eyes are made the fools o’ the other senses,
Or else worth all the rest; I see thee still,
And on thy blade and dudgeon gouts of blood,
Which was not so before. There’s no such thing:
It is the bloody business which informs
Thus to mine eyes. Now o’er the one halfworld
Nature seems dead, and wicked dreams abuse
The curtain’d sleep; witchcraft celebrates
Pale Hecate’s offerings, and wither’d murder,
Alarum’d by his sentinel, the wolf,
Whose howl’s his watch, thus with his stealthy pace.
With Tarquin’s ravishing strides, towards his design
Moves like a ghost. Thou sure and firm-set earth,
Hear not my steps, which way they walk, for fear
Thy very stones prate of my whereabout,
And take the present horror from the time,
Which now suits with it. Whiles I threat, he lives:
Words to the heat of deeds too cold breath gives.
(A BELL RINGS)
I go, and it is done; the bell invites me.
Hear it not, Duncan; for it is a knell
That summons thee to heaven or to hell.