Soneto 116. La unión de dos almas sinceras, de William Shakespeare | Poema

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    Soneto 116. La unión de dos almas sinceras

    La unión de dos almas sinceras 
    no admite impedimentos. No es amor el amor 
    que se transforma con el cambio, 
    o se aleja con la distancia. 

    ¡Oh, no! Es un faro siempre firme, 
    que desafía a las tempestades sin estremecerse. 
    Es la estrella para el navío a la deriva, 
    de valor incalculable, aunque se mida su altura. 

    No es amor bufón del tiempo, aunque los rosados labios y 
    mejillas caigan bajo el golpe de su guadaña. 
    El amor no se altera con sus breves horas y semanas, 
    sino que se afianza incluso hasta en el borde del abismo. 

    Sí estoy equivocado y se demuestra, 
    yo nunca nada escribí, y nadie jamás amó.” 

    Sonnet 116

    Let me not to the marriage of true minds 
    Admit impediments, love is not love 
    Which alters when it alteration finds, 
    Or bends with the remover to remove. 

    O no, it is an ever-fixed mark 
    That looks on tempest and is never shaken; 
    It is the star to every wand'ring bark, 
    Whose worth's unknown, although his height be taken, 

    's not Time's fool, though rosy lips and cheeks 
    Whitin his bending sickle's compass come, 
    Love alters not with his brief hours and weeks, 
    But bears it out even to the edge of doom: 

    If this be error and upon me proved, 
    I never writ, nor no man ever loved.

    William Shakespeare fue un dramaturgo y poeta inglés, considerado uno de los más grandes escritores de todos los tiempos. Hijo de un comerciante de lanas, se casó muy joven con una mujer mayor que él, Anne Hathaway. Se trasladó a Londres, donde adquirió fama y popularidad en su trabajo, primero bajo la protección del conde de Southampton, y más adelante en la compañía de teatro de la que él mismo fue copropietario, Lord Chamberlain's Men, que más tarde se llamó King's Men, cuando Jacobo I la tomó bajo su mecenazgo. Su obra es un compendio de los sentimientos, el dolor y las ambiciones del alma humana, donde destaca la fantasía y el sentido poético de sus comedias, y el detalle realista y el tratamiento de los personajes en sus grandes tragedias. De entre sus títulos destacan Hamlet, Romeo y Julieta, Otelo, El rey Lear, El sueño de una noche de verano, Antonio y Cleopatra, Julio César y La tempestad. Shakespeare ocupa una posición única en el mundo, pues sus obras siguen siendo leídas e interpretadas en todo el mundo.