Fuera de juego, de Alberto Tesán | Poema

    Poema en español
    Fuera de juego

    Aprender a callar es lo primero. 
    Un pasaporte en blanco hacia la soledad. 
    A los once años te hablan con palabras 
    como honor, orgullo, dignidad 
    y tú piensas en un rumor de sillas 
    y en el patio pequeño de tu escuela. 
    Pero no hay amigos en el campo 
    y muy pronto te enseñan que el club y los colores 
    son tu padre, tu madre y el espíritu santo. 
    Tienes que ser un buen muchacho 
    y conservar el número que te dan al entrar. 
    Crecer es el siguiente paso. 
    Y darles lo que quieren: tu vida con un lazo. 
    Lo llevarás mejor 
    si comprendes que todo es un negocio 
    en nombre de una patria difusa que agoniza. 
    Pasarán unos años, demasiados, 
    Y sólo quedarán los elegidos. 
    A los otros, ahora los recuerdas 
    como sombras vencidas, llorando entre la hierba. 
    Había que esperar los descartes de julio. 
    El discurso del míster era conciliador 
    - se notaba su afán por excusarse- 
    y estrechaba las manos de unos pocos. 
    Los demás nos miraban 
    desde sus torres abolidas 
    y quedaban en el vestuario 
    a la espera de unas explicaciones 
    que no necesitaban, que nunca llegarían. 
    Con paciencia te harás un sitio entre la élite 
    y bailarás con gusto la música que te toquen. 
    Las niñas de tu barrio 
    soñarán que te metes en sus camas 
    y algunos periodistas llamarán a tu puerta. 
    Debes ser agradable entonces 
    y medir las palabras y los tópicos. 
    Recuerda: club, bandera, patria. 
    Ya sólo una lesión puede hacerte bajar 
    de la nube que habitas. 
    Pero eso es imposible. 
    Imposible que un niño te rompa la rodilla. 
    Imposible el dolor que sientes cuando ocurre. 
    Y después el olvido. Quirófano y olvido. 
    La sensación de que ya no haces falta, 
    de que no eres imprescindible. 
    Te harán un homenaje y callarás 
    porque ya formas parte de ellos, 
    ya eres su semejante, su juguete tarado. 
    Regresar a tu pueblo será lo más difícil. 
    Debes ser fuerte 
    y soportar la humillación, 
    el miedo contenido. 
    Aprender a pensar, recuperar amigos. 
    El tiempo borrará tanta tristeza. 
    Tienes la edad de un hombre joven, 
    busca una chica que te quiera y cásate. 
    Y olvida el fútbol, que te hace daño. 
    Y olvida el Barça, que te duele. 

    • Parecía estar diciendo la verdad, 
      aunque esto no quiere decir siempre gran cosa 
      cuando se trata de mujeres, 
      sobre todo de mujeres con los ojos azules. 
      DASHIELL HAMMETT 

      Tiene un poco de puta y niña virgen. 

    • Aprender a callar es lo primero. 
      Un pasaporte en blanco hacia la soledad. 
      A los once años te hablan con palabras 
      como honor, orgullo, dignidad 
      y tú piensas en un rumor de sillas 
      y en el patio pequeño de tu escuela. 
      Pero no hay amigos en el campo