Mujer fatal, de Alberto Tesán | Poema

    Poema en español
    Mujer fatal

    Parecía estar diciendo la verdad, 
    aunque esto no quiere decir siempre gran cosa 
    cuando se trata de mujeres, 
    sobre todo de mujeres con los ojos azules. 
    DASHIELL HAMMETT 

    Tiene un poco de puta y niña virgen. 
    Muchos han encontrado consuelo entre sus piernas 
    y algunos la han seguido frecuentando 
    como ovejas histéricas de alguna secta apocalíptica. 
    Ha habido valientes que la han dejado a tiempo 
    y otros cuyas monedas no han servido a sus ojos. 
    Puede envolvernos en un mundo hospitalario 
    a fuerza de palabras y miedos compartidos 
    —con ella a nuestro lado la vida duele menos—. 
    Es un alucinógeno inyectado en la sangre, 
    una viagra contra la tristeza, 
    no respeta horarios, ni costumbres 
    y se vuelve celosa con los años. 
    Hay que tratarla con esmero, 
    aunque sin falsos artificios de obseso formalista. 
    Detesta los ropajes muy manidos 
    y se excita, a menudo, con el riesgo 
    que nace de la claridad. 
    Baja la voz entonces para hablar de lo que importa 
    —esos pequeños accidentes de nuestra geografía— 
    sin verdades sonoras que dicten un camino 
    plagado de gurús iluminados. 
    Yo la prefiero así, 
    desnuda de perfumes fastuosos, 
    peligrosa y salvaje como una perra herida, 
    buscando en la maleza de las calles 
    un corazón helado que sangre entre sus dientes. 

    • Parecía estar diciendo la verdad, 
      aunque esto no quiere decir siempre gran cosa 
      cuando se trata de mujeres, 
      sobre todo de mujeres con los ojos azules. 
      DASHIELL HAMMETT 

      Tiene un poco de puta y niña virgen. 

    • Aprender a callar es lo primero. 
      Un pasaporte en blanco hacia la soledad. 
      A los once años te hablan con palabras 
      como honor, orgullo, dignidad 
      y tú piensas en un rumor de sillas 
      y en el patio pequeño de tu escuela. 
      Pero no hay amigos en el campo