ante la lúgubre manía de vivir esta recóndita humorada de vivir te arrastra Alejandra no lo niegues.
hoy te miraste en el espejo y te fuiste triste estabas sola y la luz rugía el aire cantaba pero tu amado no volvió
enviarás mensajes sonreirás tremolarás tus manos así volverá tu amado tan amado
oyes la demente sirena que lo robó el barco con barbas de espuma donde murieron las risas recuerdas el último abrazo oh nada de angustias ríe en el pañuelo llora a carcajadas pero cierra las puertas de tu rostro para que no digan luego que aquella mujer enamorada fuiste tú
te remuerden los días te culpan las noches te duele la vida tanto tanto desesperada ¿adónde vas? desesperada ¡nada más!
Cuando me miras mis ojos son llaves, el muro tiene secretos, mi temor palabras, poemas. Sólo tú haces de mi memoria una viajera fascinada, un fuego incesante.
Después de años en Europa Quiero decir París, Saint-Tropez, Cap St. Pierre, Provence, Florencia, Siena, Roma, Capri, Ischia, San Sebastián, Santillana del Mar, Marbella, Segovia, Ávila, Santiago, y tanto y tanto
Cansada del estruendo mágico de las vocales Cansada de inquirir con los ojos elevados Cansada de la espera del yo de paso Cansada de aquel amor que no sucedió Cansada de mis pies que sólo saben caminar
Ese instante que no se olvida tan vacío devuelto por las sombras tan vacío rechazado por los relojes ese pobre instante adoptado por mi ternura desnudo desnudo de sangre de alas sin ojos para recordar angustias de antaño