La casa, de Alfonsina Storni | Poema

    Poema en español
    La casa

    Circundada por selvas, bajo el cielo 
    siempre azulado, nuestra casa era 
    algo como el plumón y el terciopelo: 
    un tibio corazón de primavera. 

    Se hablaba quedo en nuestra casa; 
    cierto que cobijaba tantas aves, 
    que nos salían las palabras suaves 
    como si las dijéramos a un muerto. 

    Pero nada era triste: la dulzura 
    poníamos tan dócil armonía 
    que hasta el suspiro tenue presentía 
    en sus patios sombreados de verdura. 

    El mármol blanco de los corredores 
    parecía dormir un sueño largo. 
    Las fuentes compartían su letargo. 
    Soñaban las estatuas con amores. 

    Cedían los sillones blandamente, 
    como un pecho materno, y era fino, 
    muy fino el aire, así como divino, 
    cuando filtraba el oro del poniente. 

    ¡Cómo me acuerdo de la noche aquella 
    en que entré sostenida por tu brazo! 
    Moría casi bajo el doble abrazo 
    de tu mirada y de la noche bella. 

    ¡Moría casi! Me llevaste tierno 
    por largas escaleras silenciosas 
    y ni tuve conciencia de las cosas: 
    era un cuerpo cansado y sin gobierno. 

    No sé cómo llegamos a una estancia. 
    La penumbra interior, los pasos quedos, 
    tus besos que morían en mis dedos 
    me tornaron el alma una fragancia. 

    Abriste una ventana: allá, lejano, 
    plateaba el río y el silencio era 
    dulce y enorme, y era primavera, 
    y se movía el río sobre el llano. 

    Caminaba hacia el mar con tal dulzura 
    que parecía una palabra buena. 
    Iba a darse sin fin; la quieta arena 
    mirábalo pasar con amargura. 

    Y mi alma también rodó en el río, 
    se hundió con él en perfumadas frondas, 
    siguiéndolo hasta el mar cayó en sus ondas, 
    y suyo fue el divino poderío. 

    Se curvó blanda en el enorme vaso, 
    de allí se desprendió como un suspiro, 
    ascendió por los buques y el retiro 
    de otras mujeres sorprendió de paso. 

    Subió hasta las ciudades de otro mundo; 
    dormían todos, todo estaba blanco, 
    luego vio cada mundo como un banco 
    de arena muerta en el azul profundo. 

    Y desde aquel azul que todo abisma 
    miró en la tierra esta ventana abierta: 
    ¿quién era esa criatura medio muerta? 
    Y se bajó a mirar. ¡Y era yo misma! 

    Cuando volvió del viaje, envejecida 
    de tanto haber vagado unos instantes 
    la esperaban tus ojos suplicantes: 
    se hundió por ellos y encontró la vida. 

    ¿Recuerdas tú? La casa era un arrullo, 
    un perfume infinito, un nido blando: 
    nunca se dijo la palabra cuándo. 
    Se decía, muy quedo: mío y tuyo.

    Alfonsina Storni (Suiza, 1892 - Mar del Plata, Argentina, 1938) es una de las más grandes poetas del continente sudamericano. Nacida en Suiza, vivió desde muy niña en Argentina, donde murió arrojándose al mar. Dotada de una exquisita sensibilidad y de un temperamento depresivo, plasmó en su poesía la intensa lucha interior, librada a lo largo de su vida, entre el ideal de justicia y nobleza que, a su entender, debía regir la vida de los seres humanos, y la realidad mediocre y poco grata que la rodeaba. Seriamente preocupada por las desigualdades sociales, su talante marcadamente rebelde asoma en sus primeros libros de poemas: La inquietud del rosal (1916), El dulce año (1918) e Irremediablemente (1919). Ocre (1925), poemario considerado su obra maestra en opinión de la crítica especializada, y que gira en torno al sentimiento de fracaso ante el amor y la vida, inicia su segunda etapa poética, caracterizada por el abandono de las formas poéticas modernistas y el acercamiento a una estética basada en el uso de elementos simbólicos: El mundo de siete pozos (1934) y Mascarilla y trébol (1938). Menos musical, y acaso menos intimista, marcada por la voluntad reflexiva y por el impacto de las nuevas vanguardias, la última etapa poética de Alfonsina Storni es una muestra de una inquietud creativa que busca renovarse constantemente. Poesía de una intensa humanidad, está siempre presente en ella el indignado sentir de la autora frente a la injusta situación de la mujer en una sociedad regida por hombres.