Los malos hombres, de Alfonsina Storni | Poema

    Poema en español
    Los malos hombres

    Amigas: defendedme, 
    me han hecho un grave daño, 
    en una mala noche 
    fieltro malo me han dado... 
    sabed, amigas rubias, 
    las de los dulces labios, 
    sabed, amigas rubias, 
    que por la vida andando 
    unos hombres -tres eran- 
    me salieron al paso. 
    Oh, amigas, defendedme, 
    que perezco de espanto... 

    Eran aquellos hombres 
    lúgubremente largos... 
    secos como esqueletos, 
    blancos como mis manos. 
    La nariz, de cortante, 
    pudiera dar un tajo. 
    Los ojos se escondían 
    felinos, bajo el párpado, 
    y eran finas, muy finas, 
    finísimas sus manos. 

    Oh, amigas, en silencio 
    aquéllas me apresaron: 
    seis tenazas heladas 
    me tendieron un lazo 
    contuvieron mi llanto, 
    seis cadenas humanas 
    me domaron los brazos. 

    Amigas, esos hombres 
    los ojos me vendaron. 

    Las flores que llevaba 
    las tiraron al barro. 

    Un alfiler al rojo 
    pecho adentro me hincaron. 

    Ungiéronme los labios 
    con aceites amargos. 

    Con abrojos y zarzas 
    mis dedos maniataron. 

    Me dijeron que yo 
    soy un pobre guijarro. 
    Me dijeron que Dios 
    no es ni bueno ni malo, 
    pero que aquél no es nada 
    y yo, en cambio, soy algo. 

    Después...después...crueles 
    rieron de cansancio... 
    después...después...crueles 

    Riendo se alejaron. 
    Y yo quedé vencida 
    sobre el camino largo. 

    Amigas, desde entonces 
    tengo el cuerpo embrujado. 
    Amigas, desde entonces 
    resiste grave el daño. 

    Amigas, desde entonces 
    me persigue el espanto. 

    ............... 

    Nunca salgáis de noche, 
    las de los dulces labios. 

    Nunca salgáis de noche, 
    ni con cielo estrellado. 

    Los hombres andan sueltos, 
    como perros sin amo. 

    ...Y eran tres hombres secos, 
    lúgubremente largos. 

    Alfonsina Storni (Suiza, 1892 - Mar del Plata, Argentina, 1938) es una de las más grandes poetas del continente sudamericano. Nacida en Suiza, vivió desde muy niña en Argentina, donde murió arrojándose al mar. Dotada de una exquisita sensibilidad y de un temperamento depresivo, plasmó en su poesía la intensa lucha interior, librada a lo largo de su vida, entre el ideal de justicia y nobleza que, a su entender, debía regir la vida de los seres humanos, y la realidad mediocre y poco grata que la rodeaba. Seriamente preocupada por las desigualdades sociales, su talante marcadamente rebelde asoma en sus primeros libros de poemas: La inquietud del rosal (1916), El dulce año (1918) e Irremediablemente (1919). Ocre (1925), poemario considerado su obra maestra en opinión de la crítica especializada, y que gira en torno al sentimiento de fracaso ante el amor y la vida, inicia su segunda etapa poética, caracterizada por el abandono de las formas poéticas modernistas y el acercamiento a una estética basada en el uso de elementos simbólicos: El mundo de siete pozos (1934) y Mascarilla y trébol (1938). Menos musical, y acaso menos intimista, marcada por la voluntad reflexiva y por el impacto de las nuevas vanguardias, la última etapa poética de Alfonsina Storni es una muestra de una inquietud creativa que busca renovarse constantemente. Poesía de una intensa humanidad, está siempre presente en ella el indignado sentir de la autora frente a la injusta situación de la mujer en una sociedad regida por hombres.