El futuro allí enfrente, riéndose de él. El pasado detrás, atormentándolo. 'Suerte que tengo este whisky de oferta', pensó el niñato. Y se sirvió otro chorro, procurando acertar en el vaso que se encontraba al otro lado de la ventana de lágrimas.
Al sexto cubata solía fantasear con: Cambiar su jotabé-cola por un acá-cuarentaysiete. Entrar en la pista central. Abrirse paso entre la multitud. - Entre los cavernícolas que se empujan como ciervos. - Entre las féminas de largas piernas y labios rojos.
Eres demasiado joven para encadenarte. Demasiado egoísta, demasiado infantil. Piensas en lo tuyo pero no lo agarras. No lo trabajas tanto como deberías.
Ella dijo que eres lo más importante del mundo. Todos lo somos.
l curro. Las piernas me duelen cosa mala. No paran de moverse. El difusor de agua es un cabrón. Te la sirve a grado y medio. Y seguro que está envenenada. O algo peor. La subnormal de la cara taladrada me regaña.
La yaya quería agasajar a sus invitados. Así que el yayo tuvo que hacerlo. Era un capón (gallo gigante) precioso. Las plumas negras, brillantes, el pico rojo, brillante, y los ojos de brillante fuego. Lo decapitó en la cocina.