Me basta así, de Angel González | Poema

    Poema en español
    Me basta así

    Si yo fuera Dios 
    y tuviese el secreto, 
    haría 
    un ser exacto a ti; 
    lo probaría 
    (a la manera de los panaderos 
    cuando prueban el pan, es decir: 
    con la boca), 
    y si ese sabor fuese 
    igual al tuyo, o sea 
    tu mismo olor, y tu manera 
    de sonreír, 
    y de guardar silencio, 
    y de estrechar mi mano estrictamente, 
    y de besarnos sin hacernos daño 
    -de esto sí estoy seguro: pongo 
    tanta atención cuando te beso; 
    entonces, 
    si yo fuese Dios, 
    podría repetirte y repetirte, 
    siempre la misma y siempre diferente, 
    sin cansarme jamás del juego idéntico, 
    sin desdeñar tampoco la que fuiste 
    por la que ibas a ser dentro de nada; 
    ya no sé si me explico, pero quiero 
    aclarar que si yo fuese 
    Dios, haría 
    lo posible por ser Ángel González 
    para quererte tal como te quiero, 
    para aguardar con calma 
    a que te crees tú misma cada día, 
    a que sorprendas todas las mañanas 
    la luz recién nacida con tu propia 
    luz, y corras 
    la cortina impalpable que separa 
    el sueño de la vida, 
    resucitándome con tu palabra, 
    Lázaro alegre, 
    yo, 
    mojado todavía 
    de sombras y pereza, 
    sorprendido y absorto 
    en la contemplación de todo aquello 
    que, en unión de mí mismo, 
    recuperas y salvas, mueves, dejas 
    abandonado cuando -luego- callas... 
    (Escucho tu silencio. 
    Oigo 
    constelaciones: existes. 
    Creo en ti. 
    Eres. 
    Me basta.

    Ángel González, uno de los más destacados representantes de la llamada generación del medio siglo, ha publicado los siguientes libros de poemas: Áspero mundo (1956), Sin esperanza, con convencimiento (1961), Grado elemental (Premio Antonio Machado, 1962), Palabra sobre palabra (1965), Tratado de urbanismo (1967 y 1976), Breves acotaciones para una biografía (1971), Procedimientos narrativos (1972), Muestra de algunos procedimientos narrativos y de las actitudes sentimentales que habitualmente comportan (1976, segunda edición aumentada y corregida, 1977), «Harsh World» and Other Poems (edición bilingüe, 1977), Prosemas o menos (1985), Deixis en fantasma (1992) y Otoños y otras luces (2001). Se le deben asimismo los libros ensayísticos Juan Ramón Jiménez (1973), El grupo poético de 1927 (1976), Gabriel Celaya (1977) y Antonio Machado (1979). En 1985 obtuvo el Premio Príncipe de Asturias de las Letras, y en 1996 el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana. En este mismo año fue elegido miembro de la Real Academia Española, y tomó posesión al año siguiente. En 1968 apareció por primera vez en un solo volumen, bajo el título de Palabra sobre palabra, toda la poesía publicada hasta entonces por Ángel González, actualizada en posteriores ediciones (1972, 1977 y 2003).

    • La lágrima fue dicha. 

      Olvidemos 
      el llanto 
      y empecemos de nuevo, 
      con paciencia, 
      observando las cosas 
      hasta hallar la menuda diferencia 
      que las separa 
      de su entidad de ayer 
      y que define 
      el transcurso del tiempo y su eficacia. 

    • Ayer fue miércoles toda la mañana. 
      Por la tarde cambió: 
      se puso casi lunes, 
      la tristeza invadió los corazones 
      y hubo un claro 
      movimiento de pánico hacia los 
      tranvías 
      que llevan los bañistas hasta el río. 

    • Domingo, flor de luz, casi increíble 
      día. Bajas sobre la tierra 
      como un ángel inútil y dorado. 
      Besas 
      a las muchachas 
      de turbia cabellera, 
      vistes de azul marino 
      a los hombres que te aman, y dejas 
      en las manos del niño 
      un aro de madera 

    • Hace miles de años, 
      alguien, 
      un esclavo quizá, 
      descansando a la sombra de los árboles, 
      furtivamente, 
      en un lugar aislado 
      del fértil territorio 
      conquistado por su dueño el guerrero, 
      al contemplar los campos 
      regados por el río