Para que yo me llame Ángel González, de Ángel González | Poema

    Poema en español
    Para que yo me llame Ángel González

    Para que yo me llame Ángel González, 
    para que mi ser pese sobre el suelo, 
    fue necesario un ancho espacio 
    y un largo tiempo: 
    hombres de todo el mar y toda tierra, 
    fértiles vientres de mujer, y cuerpos 
    y más cuerpos, fundiéndose incesantes 
    en otro cuerpo nuevo. 
    Solsticios y equinoccios alumbraron 
    con su cambiante luz, su vario cielo, 
    el viaje milenario de mi carne 
    trepando por los siglos y los huesos. 
    De su pasaje lento y doloroso 
    de su huida hasta el fin, sobreviviendo 
    naufragios, aferrándose 
    al último suspiro de los muertos, 
    yo no soy más que el resultado, el fruto, 
    lo que queda, podrido, entre los restos; 
    esto que veis aquí, 
    tan sólo esto: 
    un escombro tenaz, que se resiste 
    a su ruina, que lucha contra el viento, 
    que avanza por caminos que no llevan 
    a ningún sitio. El éxito 
    de todos los fracasos. La enloquecida 
    fuerza del desaliento... 

    Ángel González, uno de los más destacados representantes de la llamada generación del medio siglo, ha publicado los siguientes libros de poemas: Áspero mundo (1956), Sin esperanza, con convencimiento (1961), Grado elemental (Premio Antonio Machado, 1962), Palabra sobre palabra (1965), Tratado de urbanismo (1967 y 1976), Breves acotaciones para una biografía (1971), Procedimientos narrativos (1972), Muestra de algunos procedimientos narrativos y de las actitudes sentimentales que habitualmente comportan (1976, segunda edición aumentada y corregida, 1977), «Harsh World» and Other Poems (edición bilingüe, 1977), Prosemas o menos (1985), Deixis en fantasma (1992) y Otoños y otras luces (2001). Se le deben asimismo los libros ensayísticos Juan Ramón Jiménez (1973), El grupo poético de 1927 (1976), Gabriel Celaya (1977) y Antonio Machado (1979). En 1985 obtuvo el Premio Príncipe de Asturias de las Letras, y en 1996 el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana. En este mismo año fue elegido miembro de la Real Academia Española, y tomó posesión al año siguiente. En 1968 apareció por primera vez en un solo volumen, bajo el título de Palabra sobre palabra, toda la poesía publicada hasta entonces por Ángel González, actualizada en posteriores ediciones (1972, 1977 y 2003).

    • La lágrima fue dicha. 

      Olvidemos 
      el llanto 
      y empecemos de nuevo, 
      con paciencia, 
      observando las cosas 
      hasta hallar la menuda diferencia 
      que las separa 
      de su entidad de ayer 
      y que define 
      el transcurso del tiempo y su eficacia. 

    • Ayer fue miércoles toda la mañana. 
      Por la tarde cambió: 
      se puso casi lunes, 
      la tristeza invadió los corazones 
      y hubo un claro 
      movimiento de pánico hacia los 
      tranvías 
      que llevan los bañistas hasta el río. 

    • Domingo, flor de luz, casi increíble 
      día. Bajas sobre la tierra 
      como un ángel inútil y dorado. 
      Besas 
      a las muchachas 
      de turbia cabellera, 
      vistes de azul marino 
      a los hombres que te aman, y dejas 
      en las manos del niño 
      un aro de madera 

    • Hace miles de años, 
      alguien, 
      un esclavo quizá, 
      descansando a la sombra de los árboles, 
      furtivamente, 
      en un lugar aislado 
      del fértil territorio 
      conquistado por su dueño el guerrero, 
      al contemplar los campos 
      regados por el río