Es pura tontería que vivo entristecida Y que estoy por el recuerdo torturada. No soy yo asidua invitada en su guarida Y allí me siento trastornada. Cuando con el farol al sótano desciendo, Me parece que de nuevo un sordo hundimiento Retumba en la estrecha escalera empinada. Humea el farol. Regresar no consigo Y sé que voy allí donde está el enemigo. Y pediré benevolencia… pero allí ahora Todo está oscuro y callado. ¡Mi fiesta se acabó! Hace treinta año se acompañaba a la señora, Hace treinta que el pícaro de viejo murió… He llegado tarde. ¡Qué mala fortuna! Ya no puedo lucirme en parte alguna, Pero rozo de las paredes las pinturas Y me caliento en la chimenea. ¡Qué maravilla! A través del moho, la ceniza y la negrura Dos esmeraldas grises brillan Y el gato maúlla. ¡Vamos a casa, criatura!
Y el hombre justo acompañó al luminoso agente de Dios por una montaña negra, siguiendo su huella, mientras una voz incansable acosaba a la mujer: -No es demasiado tarde, aun puedes mirar hacia atrás.
Es pura tontería que vivo entristecida Y que estoy por el recuerdo torturada. No soy yo asidua invitada en su guarida Y allí me siento trastornada. Cuando con el farol al sótano desciendo, Me parece que de nuevo un sordo hundimiento