Romance del rey moro que perdió Alhama, de Anónimo | Poema

    Poema en español
    Romance del rey moro que perdió Alhama

    Paseábase el Rey moro por la ciudad de Granada 
    desde la puerta de Elvira hasta la de Vivarrambla. 
    -'¡Ay de mi Alhama!' 

    Cartas le fueron venidas que Alhama era ganada: 
    las cartas echó en el fuego y al mensajero matara. 
    -'¡Ay de mi Alhama!' 

    Descabalga de una mula, y en un caballo cabalga; 
    por el Zacatín arriba subido se había al Alhambra. 
    -'¡Ay de mi Alhama!' 

    Como en el Alhambra estuvo, al mismo punto mandaba 
    que se toquen sus trompetas, sus añafiles de plata. 
    -'¡Ay de mi Alhama!' 

    Y que las cajas de guerra apriesa toquen al arma, 
    porque lo oigan sus moros, los de la Vega y Granada. 
    -'¡Ay de mi Alhama!' 

    Los moros que el son oyeron que al sangriento Marte llama, 
    uno a uno y dos a dos juntado se ha gran batalla. 
    -'¡Ay de mi Alhama!' 

    Allí habló un moro viejo, de esta manera hablara: 
    -'¿Para qué nos llamas, Rey, para qué es esta llamada?' 
    -'¡Ay de mi Alhama!' 

    -'Habéis de saber, amigos, una nueva desdichada: 
    'que cristianos de braveza ya nos han ganado Alhama. ' 
    -'¡Ay de mi Alhama!' 

    Allí habló un Alfaquí de barba crecida y cana: 
    -'¡Bien se te emplea, buen Rey! ¡Buen Rey, bien se te 
    empleara!' 
    -'¡Ay de mi Alhama!' 

    -'Mataste los Bencerrajes, que eran la flor de Granada; 
    'cogiste los tomadizos de Córdoba la nombrada. ' 
    -'¡Ay de mi Alhama!' 

    -'Por eso mereces, Rey, una pena muy doblada; 
    'que te pierdas tú y el reino, y aquí se pierda Granada. ' 
    -'¡Ay de mi Alhama!' 

    «En la mayor parte de la historia, Anónimo era una mujer» Virginia Woolf