La vida, de Antonio Plaza Llamas | Poema

    Poema en español
    La vida

    Es la vida risa y llanto; 
    y los hombres, a fe mía, 
    son locos que en romería 
    marchan para el camposanto. 

    Y veo con placer profundo 
    que los cuerdos son tan pocos, 
    que es un hospital de locos 
    todo el ámbito del mundo. 

    Si a tanto loco perverso 
    tratáramos de encerrar, 
    preciso era circundar 
    de muros el universo. 

    En las necias bataholas 
    del mundo que tanto miente, 
    la gente empuja a la gente 
    como a las olas las olas. 

    Cada edad ¡oh contratiempo! 
    a quien la tierra se traga, 
    es una onda que se apaga 
    sobre los mares del tiempo. 

    Porque la vida, en verdad, 
    del hombre, reptil rehacio, 
    es burbuja en el espacio, 
    es nada en la eternidad. 

    ¿Y la historia?... Ese vestigio 
    sólo enseña, por mi nombre, 
    que el hombre es mono del hombre 
    y un siglo plagia a otro siglo. 

    Hoy, como antes, diviniza 
    lo absurdo el hombre ¡qué horror! 
    y cuando cambia de error 
    sueña que se civiliza. 

    Entre brumas tenebrosas 
    los errores siempre imperan; 
    y aquí más cambios se operan 
    de palabras, que de cosas. 

    Lo absurdo con lo divino 
    confunde el hombre a su turno, 
    y si derriba a Saturno 
    eleva a San Saturnino. 

    Siempre necio ha sido el hombre; 
    y desde que el hombre existe, 
    el politeísmo subsiste 
    bajo diferente nombre. 

    La humanidad con su idea 
    de progreso, poco avanza, 
    que en su torpe contradanza 
    no marcha, se bambolea. 

    Yo diré a quien me pregone 
    el derecho de los reyes, 
    o que el pueblo da sus leyes: 
    toda autoridad se impone. 

    En vano las gentes chocan 
    por sistemas, ¡voto a Febo! 
    cuando lo viejo es lo nuevo 
    y los extremos se tocan. 

    Nihil sub sole novum, dijo, 
    no quiero acordarme quien; 
    pero a fe que dijo bien, 
    y no soltó un acertijo. 

    En la vida todo es nada, 
    sueño es el goce y la pena; 
    porque la vida es cadena 
    a la tumba eslabonada. 

    Es un carnaval, reímos; 
    pero al expirar las luces, 
    entre tumbas y entre cruces 
    bajo la tierra dormimos. 

    El mundo, en fin, es sendero 
    que transitar da coraje: 
    y iguay del que emprende el viaje 
    desprovisto de dinero! 

    Porque todos pasan sobre 
    el pobre. Vil interés 
    impera en la tierra. Es 
    mejor ser perro que pobre. 

    Al rico todo se humilla: 
    el pobre es menos que perro, 
    y todos ante el becerro 
    de oro, doblan la rodilla. 

    La seda es más que el estambre, 
    la plata mejor que el cobre, 
    y todos huyen del pobre... 
    el pobre no es hombre, es hambre. 

    En este mundo fullero, 
    donde todo se remata, 
    más vale un Judas de plata 
    que un Crucifijo de acero. 

    Para el pobre no hay placer, 
    no hay amigos, no hay esposa: 
    en el mundo no hay más cosa 
    que tener o no tener. 

    Los que con gran desparpajo 
    nos dan amistad no esquiva, 
    se ofenden si está uno arriba; 
    se alegran si está uno abajo. 

    El matrimonio es materia 
    de cálculo y de afección: 
    lazo que ata la ilusión 
    lo desata la miseria. 

    La sociedad es convite 
    en que al pobre dicen: vete, 
    y en tan risible sainete 
    es un ridículo mite. 

    Al pobre le importa un mico 
    monarca o federación: 
    siempre es «carne de cañón», 
    siempre es el burro del rico. 

    ¿Os place ser libres? ¡Bravo! 
    Procurad que el oro sobre; 
    porque nunca es libre el pobre, 
    y nunca es el rico esclavo. 

    El que roba con trompeta 
    y asesina oficialmente, 
    gloria alcanza ante la gente 
    que lo adula y lo respeta. 

    ¡Oh! cuántos de esos señores 
    que bastón de mando oprimen, 
    por el camino del crimen 
    han llegado a los honores. 

    ¿Qué es un héroe en su grandeza? 
    ídolo de sangre lleno, 
    cuyo pedestal de cieno 
    viene a lamer la bajeza. 

    Vive pobre, aun siendo honrado, 
    quien no sabe audaz mentir; 
    porque más vale vivir 
    ignorante que ignorado. 

    Aunque el hombre nazca probo, 
    muere pillo, no os asombre; 
    porque el hombre educa al hombre 
    como el lobo educa al lobo. 

    En suma, el mundo ruin 
    siempre ha sido y es comedia; 
    y si Dios no lo remedia 
    comedia será hasta el fin.