Verano en la Plaza del Pópulo, de Aquilino Duque | Poema

    Poema en español
    Verano en la Plaza del Pópulo

    Encinas, pinos y palmeras 
    saben revueltos hacia el Pincio 
    rampas, estatuas, fuentes, 
    jeroglíficos, prismas, 
    arcadas triples, balaustradas dobles 
    y un cielo de palomas y vencejos. 

    Qué libertad la del verano, 
    qué orden de líneas puras, 
    de aristas limpias, de pilastras fuertes 
    y de cupulas sólidas. 

    El aire 
    invade la ciudad por la puerta del Pópulo 
    y hay una estrella fija de ocho puntas 
    y lápidas y conchas y linternas 
    y escudos de armas. 

    Todo intacto, 
    resiste al trote de la muchedumbre, 
    a la onda expansiva de los cines, 
    a la insolencia del presente 
    putrefacto y decrépito. 
    Uan alud de pancartas 
    anuncia los rigores del otoño. 
    En la botica oscura se prepara 
    la entrada de los bárbaros. 
    Arden las últimas orgías. 
    La plebe pide ácido y bencina. 
    el pescado arroja al Tíber 
    las llaves de la Historia. 

    Pero no, que es verano, 
    el aire libre llena 
    los antiguos pulmones de las plazas 
    y salva a la ciudad de morir por asfixia. 
    Aún suenan las campanas del cielo de Roma.