La celebración de la palabra, de Balbina Prior | Poema

    Poema en español
    La celebración de la palabra

    Desde esta pelliza de toro tan angosta a veces, 
    gran bazar de la droga, según los diarios, 
    portaviones de sol, vehemencia y gozo, 
    preñada de inquilinos que bailan 
    -y qué remedio- con el alegre subsidio de la palabra, 
    sólo se puede aceptar una contienda de juego y paz, 
    aunque la mancha de petróleo en el océano 
    siga ahogando pateras 
    y sus inagotables fuegos de artificio 
    iluminen haciendas y solares encalados. 
    Pero una gota de lluvia en ese océano 
    bastaría para recordar que somos 
    una nimia inmensidad indivisa, 
    una frontera única en el presente de los pueblos, 
    y no se debe sucumbir, 
    pues queda demasiado cerca el zéjel y la moaxaja, 
    hace pocos siglos que importamos el soneto, 
    y parece que fuimos ayer cuando Breton, 
    Artaud, Aragon, Soupault, Tzara, 
    cambiaron a este bajel pirata su rumbo. 
    También dijeron que no era arma poderosa; 
    por si acaso, me tomo cada mañana la molestia, 
    de acudir a la fuente donde manan las palabras, 
    apartar residuos tóxicos, bolsas de plástico, 
    y exprimidas latas de Coca Cola, que maldigo fríamente, 
    para poder sobrevivir sin DNI reglamentario, 
    y como si de un anuncio de 15 segundos se tratara 
    devolver bien condenso un mensaje alto, claro, 
    y evónimo de celebración del verso, 
    unida ya a esta grey, artificiera de pasiones, 
    y sin más escudo que cualquier semipoema. 

    • Y cuando en la interminable cola, 
      perdidos ya todos tus derechos, 
      todos empujan indignados: 
      blancos primero, afros y chinos; 
      latinos, indios y musulmanes; 
      para que sus familias no sequen 
      sus calcetines de zurcida rabia 
      al viento rasante del metro 

    • Nunca fue la belleza en un poema 
      lo que busqué, era cosa de inermes mujeres. 
      Primero creí en la metafísica y en la entelequia, 
      desaprobé todo lo que no tuviera aristas, 
      pero el poema críptico cada vez hacía más aguas, 
      poesía a la deriva y siempre la forma,