Doña Perfecta, de Benito Pérez Galdós - Penguin Clásicos

Temprana novela de Pérez Galdós que cuenta el enamoramiento entre dos jóvenes pertenecientes a dos mundos de una misma España. Edición de José Montero Padilla, Catedrático de lengua española y literatura en la Universidad Complutense de Madrid Benito Pérez Galdós fue un hombre de gran cultura y vitalidad, ávido lector de la literatura inglesa y francesa de su época, y amante de las artes. Su obra narrativa, enmarcada en el realismo, supera este esquema y, como antes hiciera Cervantes, creó vidas y mundos de ficción en los que lo real se muestra en perpetuo conflicto entre la razón y el corazón. Doña perfecta, novela fundamental para comprender su obra, nos muestra los contrastes entre los conservadores y los liberales del siglo XIX en España, a la vez que hace una crítica de los tradicionalistas. Esta edición incluye una introducción que contextualiza la obra, un aparato de notas, una cronología y una bibliografía esencial, así como también varias propuestas de discusión y debate en torno a la lectura. Está al cuidado de José Montero Padilla, catedrático de lengua y literatura española de la Universidad Complutense de Madrid.
Tapa blanda
190 x 125 mm
336 páginas
8491050132
9788491050131

Benito Pérez Galdós (Las Palmas de Gran Canaria, 1843-Madrid, 1920) es uno de los más importantes novelistas del gran realismo europeo del siglo XIX. Aunque sus aprendizajes literarios fueron en el periodismo político y cultural (La Nación, Revista del Movimiento Intelectual de Europa o Revista de España, entre otras publicaciones), desde 1870 inicia una trayectoria de novelista de gran fecundidad y extraordinaria calidad, tanto en el dominio de la novela histórica (los Episodios Nacionales) como en las novelas contemporáneas, marcadas en una primera fase por una práctica muy inteligente de las doctrinas naturalistas –La desheredada (1881), Lo prohibido (1885), Fortunata y Jacinta (1886-87) o Miau (1888)– y en un segundo momento, por el espiritualismo de las novelas rusas, valga como ejemplo su magistral Misericordia (1897). También a partir de la última década del XIX se convirtió en un dramaturgo de referencia en los teatros madrileños y barceloneses. El estreno en enero de 1901 de Electra es un verdadero aldabonazo en plena crisis de entre siglos y dramas como Casandra (1910) o comedias como Celia en los infiernos (1913) son imprescindibles en la Historia del teatro español del siglo XX. 

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