...Escorpiones alados revolotean, como gotas de plomo, entre las ramas del árbol inmenso. Lianas enredadas en torno al sexo de los guardianes de la palabra azul (último grito en plásticos), de la palabra nunca perdida en espacios ajenos a su girar eterno, nunca encontrada al alba en un café; y detrás, la extensión sin fronteras del lodo.
...No ha comenzado la fiesta, pero no terminará nunca. Despiertan, en la cantera sagrada, nuestros negros amantes. Allí la casa de la Escolopendra. Allí susurran sus canciones blandas los del Otro Lado: sonríen tras pañuelos empapados de mocos, y estremecen la noche; son cristal roto para siempre, agujas muertas a la deriva del tiempo. Conocen la íntima amistad de la hierba fresca con la luna, que también es su hermana.
...En el parque jugaban los niños más azules, se divertían con vísceras de plata. Cadáveres que ayer les poseyeron son hoy pasto de la fatiga prematura. Los pasillos ardían de miedo y furia, correosos. Hoy los viejos temores son campanas de fiesta en nuestro cumpleaños, realidades tangibles o intangibles, según la masa aumente o disminuya.
...¿Por qué un cristal se ha roto para siempre? Enemistados con las dulces esquelas de amor, hemos roto nuestra última frontera, nuestro borde; y aquí estamos, sin límites, a la espera de un piadoso enemigo que clave su aguijón en nuestra carne abierta.
...Geysers de sangre elevarán su duro músculo hasta el Otro Lado. Y es posible que, entonces, Los Que Acechan recuerden el valor de esta gema en mi frente engastada. Y quizá entonces se derrumben las paredes, y tiemblen desesperados los gritos del agua; y abra de par en par, muertes el Héroe marchito; y sus laberintos castrados se abran ante la doble figura que adorna mi deseo: Plomo y Miseria, Plomo y Miseria...
A mis amantes todos, y a quienes no han podido serlo completo encerrado en el hielo de un viejo von Stroheim ese dedo carnoso hace girar y girar bajo la sombra de una esfinge de una verga despierta nuestro sueño son armarios que la muerte cierra
¿Pero es que alguna vez nos hemos visto? Llovían rombos creo sobre el monte más viejo se escuchaban los gritos y los cantos de los coches más rojos y las tardes más leves Cuando en cegueras delicadas frías (pavos de un agua triste o de un cadáver tenso)