Para Eugenio, Jaime y Fernando, en un albor de inventos sonoros.
ciertas formas de bar caliente diorama siempre avanzamos en círculos polifonía estrecha Madrid se estremece como un animalito es agua Asesinado el Muchacho Eléctrico en cualquier parte sólo queda lo gris lo submarino infinitos gaseosos en torno al Bar Humano bola contra bola de metal asesino las glándulas generan recuerdos como aquellos labios muertos Lotte Lenya sonríe desde su viejo cliché una estatua otra estatua y mil estatuas o sombras o recuerdos luces y pulsaciones de un astro en la ventana y hay cuerpos muy calientes lo recuerdas sin matriz así la mano blanda se retuercen los pocos que están ahí copulan mueren los ciegos en sus garitas transparentes entrañas arrancadas y olor a niebla matinal sin sangre bocas abiertas a las puertas de un solo que no calienta más que mármoles sus piernas milagro de leche y un libro abierto recuerda él ya murió se lo dijimos es la cámara de torturas un lugar sombrío junto al monte de Venus -verdad del rinoceronte junglas de terciopelo- no no recuerdas nada pero existe una línea directa tendrás pecho y vientre crepúsculos de muchacho eléctrico una bandada de ojos oh qué lejos nubes vendidas al mejor postor en los escaparates ciudadanos es todo igual y siempre habrá cerveza en tus cabellos
A mis amantes todos, y a quienes no han podido serlo completo encerrado en el hielo de un viejo von Stroheim ese dedo carnoso hace girar y girar bajo la sombra de una esfinge de una verga despierta nuestro sueño son armarios que la muerte cierra
¿Pero es que alguna vez nos hemos visto? Llovían rombos creo sobre el monte más viejo se escuchaban los gritos y los cantos de los coches más rojos y las tardes más leves Cuando en cegueras delicadas frías (pavos de un agua triste o de un cadáver tenso)