Ven, camina conmigo, de Emily Brontë | Poema

    Poema en español
    Ven, camina conmigo


    Ven, camina conmigo, 
    sólo tú has bendecido alma inmortal. 
    Solíamos amar la noche invernal, 
    Vagar por la nieve sin testigos. 
    ¿Volveremos a esos viejos placeres? 
    Las nubes oscuras se precipitan 
    ensombreciendo las montañas 
    igual que hace muchos años, 
    hasta morir sobre el salvaje horizonte 
    en gigantescos bloques apilados; 
    mientras la luz de la luna se apresura 
    como una sonrisa furtiva, nocturna. 

    Ven, camina conmigo; 
    no hace mucho existíamos 
    pero la Muerte ha robado nuestra compañía 
    -Como el amanecer se roba el rocío-. 
    Una a una llevó las gotas al vacío 
    hasta que sólo quedaron dos; 
    pero aún destellan mis sentimientos 
    pues en ti permanecen fijos. 

    No reclames mi presencia, 
    ¿puede el amor humano ser tan verdadero? 
    ¿puede la flor de la amistad morir primero 
    y revivir luego de muchos años? 
    No, aunque con lágrimas sean bañados, 
    Los túmulos cubren su tallo, 
    La savia vital se ha desvanecido 
    y el verde ya no volverá. 
    Más seguro que el horror final, 
    inevitable como las estancias subterráneas 
    donde habitan los muertos y sus razones, 
    El tiempo, implacable, separa todos los corazones. 

    Emily Jane Brontë nació en 1818. Hija de un clérigo, se educó junto a sus cuatro hermanas y su hermano Branwell en una rectoría aislada en los páramos de Yorkshire. De fuerte temperamento y caracter huraño, todos sus intentos por integrarse en el mundo se saldaron con un apresurado regreso al hogar donde permanecería hasta su muerte en 1848, a los treinta años. Publicó en vida sólo unos cuantos poemas y la novela Cumbres borrascosas en 1847.