Iniciación, de Fernando Pessoa | Poema

    Poema en español
    Iniciación

    No duermes bajo los cipreses, 
    pues no hay sueño en el mundo. 

    El cuerpo es la sombra de los vestidos 
    que cubren tu ser profundo. 

    Viene la noche, que es la muerte, 
    y la sombra acabó sin ser. 
    Vas en la noche sólo silueta, 
    igual a ti sin querer. 

    Mas en la Posada del Asombro 
    te arrancan los Ángeles la capa: 
    sigues sin capa en el hombro, 
    con lo poco que te tapa. 

    Entonces Arcángeles del Camino 
    te desvisten y te dejan desnudo. 
    No tienes ropas, no tienes nada: 
    tienes sólo tu cuerpo, que eres tú. 
    por fin, en la profunda caverna, 

    los Dioses te desvisten más. 
    Tu cuerpo cesa, alma externa, 
    mas ves que son tus iguales. 

    La sombra de tus vestidos 
    quedo entre nosotros en Ia Suerte. 
    No estás muerto, entre cipreses. 
    Neófito, no hay muerte.

    • Bajo la dolorosa luz de las lámparas eléctricas de la fábrica 
      tengo fiebre y escribo. 
      Escribo rechinando los dientes, fiera ante la belleza de esto, 
      ante la belleza de esto totalmente desconocida para los antiguos. 

    • Al señor Mário de Sá-Carneiro 
       
      Es antes del opio que mi alma está enferma. 
      Sentir la vida que convalece y se seca 
      y voy en busca del opio que consuela 
      un Oriente al oriente del Oriente. 

    • A Santa Rita Pintor 
       
      Solo, en el muelle desierto, esta mañana de verano, 
      miro hacia el lado de la barra, miro hacia lo Indefinido, 
      miro y me alegra ver, 
      pequeño, negro y claro, un paquebote entrando. 
      Viene muy lejos, nítido, clásico a su manera. 

    • Trazo, solo, en mi cubículo de ingeniero, el plano, 
      firmo el proyecto, aislado aquí, 
      remoto hasta de quien yo soy. 
      Al lado, acompañamiento banalmente siniestro, 
      el tic-tac que estalla de las máquinas de escribir. 
      ¡Qué náusea de vida! 

    • Pasado mañana, sí. Pero sólo pasado mañana... 
      Mañana me pasaré el día pensando en pasado mañana, 
      y así será posible; pero hoy no... 
      No, hoy nada; hoy no puedo. 
      La persistencia confusa de mi subjetividad objetiva, 
      el sueño de mi vida real, intercalado,