El tiempo olvida y después mata. No pregunta. Sólo continúa dejando tras de sí censuras imposibles de olvidar.
El pasado es una suma, una operación inconclusa mitad experiencia, mitad infusa. No preguntes por el protagonista, siempre responde con más preguntas.
El futuro es una resta finita. Deja huecos para más ternuras, llena frascos de ambición y cordura, los lanza a ciegas en la noche oscura. Estallido de efectos mariposa.
El tiempo se pierde o te gana, una aguja sin cuestionar.
¿Está usted loco? Loco está usted, loco, usted está usted, y yo no le digo nada. Quien diga lo contrario loco miente usted, está usted, usted está y yo soy el loco. Para estar hay que creer. ¿Loco? Espere usted.
Transcurrir en banquete o hambruna, vida requerida, dulce, insatisfactoria, limitada a intermitencias como lo está una cucharilla: liviana, ligera sólo contiene lo que no rebosa, agujero en potencia.
No puedo quitarme, no puedo sacar de mi cabeza la memoria flácida y marmórea carne más allá de esta frontera epidérmica que una viva imagen de muerte ignora.