Ahora tienes que decirlo,
bien alto y bien claro.
Decirlo bien, nada de susurros
de altavoz descabezado.
Como tú sabes. Ya saben
de lo que eres capaz
cuando te escondes.
Acuérdate de la fuente,
agárrate al pasado y surge
como un árbol inesperado.
Acuérdate de nosotros,
de los que ya no estamos.
Tienes fracturas pendientes
con la justicia. Crecer
por las cuestas del ocaso,
¿hay segunda vez acaso?
No puedes quitar una coma
sin quitarte de en medio.
Busca la verdad como un verbo
en el diccionario de antónimos.
Estás harto. Ellos esperan
y tú; no avanzamos. Te lanzas al vacío,
a la red blanca que imaginas en el pozo,
la líquida seguridad de los años.
Humanos del mundo, escribíos.
Escribid vuestro nombre de futuro
en otros ojos.
Mirad lejos del nosotros.
Mirad distinto.
Mirad impresionismo.
Mirad abstracto.
Dejad de miraros entre vosotros
señalando al loco.
Escribid, malditos. Escribid
mientras podáis sujetaros
con tres dedos la esperanza.
Escribid bien, alto y claro.
Hay quienes cobran la baja
mientras trabajan,
y quienes trabajan
pero nunca cobrarán paro.
Hay quienes se dan de alta
y no trabajan
y quienes son pobres y/o trabajan
y/o como esclavos
y/o sin contrato.
Vas a morir
(por si no lo sabías).
Puedes seguir
viviendo en fascículos
de mes a mes.
A incómodos plazos
sin intereses.
De todas formas,
vas a morir.
Por si no lo sabías.
Es preferible
ser hermano del hambre
a sobrino de la opulencia.
En estos tiempos
de venta de nuevos conceptos
a través de la ignorancia misma
es fácil estar del lado
de lo innecesario.
Hay un tiburón en la bañera.
Ya le he dicho al pequeño jardinero
que deje tranquilos los rosales.
Él nada. Erre que erre.
Dice mi coach que le lea cuentos por la noche.
Mal consejo. Para eso le pago.
Le pago mal y tarde, para que no se confíe.
El interés de la deuda soberana no cabe
en un poema. La poesía es infantil frente a
dos puntos de la prima de riesgo,
el descenso de la demanda agregada o la
eficiencia de nuevos mecanismos de esperanza.
Si usted no tiene una cuenta en Suiza
no entenderá este poema,
no entenderá las noticias,
las causas de la guerra,
las semanas de siete días.
Se llaman estromatolitos,
sedientos devoradores de luz
a milenios defecando oxígeno.
Bacterias como yo y como tú
en mitad del universo; seres vivos.
Creadores de viento y lluvia,
dioses minúsculos, diosas burbuja.
¿Está usted loco?
Loco está usted, loco,
usted está usted,
y yo no le digo nada.
Quien diga lo contrario loco
miente usted, está usted,
usted está y yo soy el loco.
Para estar hay que creer.
¿Loco? Espere usted.