Los hay que no pueden dejar de fumar, los hay alcohólicos y cada siete días, los hay adictos a la coca, a la heroína, a la próxima forma de evadir o alucinar.
Los hay que apuestan su vida a un impar, los hay que toman pastillas para no soñar, los hay que no pueden dejar de comprar señuelos de diseño sin necesidad.
Los hay que no saben hacer el amor sin pagar, los hay que invierten en videntes su inseguridad, los hay adictos a engordar y adelgazar; un bisturí hace las veces de selector natural.
También, mundanamente, los hay que no les alcanza para un mendrugo de pan.
Al acertar es imposible escoger lo heredado, señalar el amor que nos viene encontrado. Cuántos dedos son, sin haberlos tocado, meses que el mar deshizo en naufragios.