Cuando se agota la paciencia,
siempre cae de ningún lado esta guerra.
Yo también quiero un jardín jugando
a las muñecas, una casa de madera limpia,
de aire fresco y ventanas de seda.
Como efecto de esta sociedad
puedo decir y digo sin reparo,
en efecto, soy fracaso.
Soy minoría lleno de miedos,
enemigo del odio equivocado;
de pulgas, a perro flaco.
Extraño, no me parezco tanto,
a ratos me hallo y del rebaño
me escondo sin descaro.
Ajeno, no vivo de mi trabajo
si vivo para mi esfuerzo,
mañana pasará rápido.
Pasan tiempos sin espacio.
Tampoco hoy me acabo.
Mañana pasará rápido.