Como si el amor,
como si la vida,
reducidos a este
casi todo, casi juntos,
casi siempre.
Ella, aquella lejana
forma de expresión,
balanza en equilibrio
de días fugaces,
de atmósferas infinitas.
Desmembrarse,
padecer el sentimiento retráctil,
sumirse en una voracidad de atalaya,
claudicar de la humanidad frágil.
En el fondo
sólo quieren descendencias millonarias,
rascacielos de transparencias a fuera.
Las balas hacen las veces de muerte
o tapones para sonidos
que duermen bajo las nubes de nitrato y azufre.
En lo triste
quieren seguir ganando a pesar y después,
más allá, mientras tanto...
el hambre.