Como si todo estuviera de nuevo comenzando puesto que el dios sólo existe en tanto que instantáneo, fulgurante, terrible y ¡ah!, por eso no se dice ni puede repetirse -¡tanto si bien se mira se parece a la muerte!-, como si lo eterno fuera justamente lo más tonto, como si fuera posible no pensar, veo lo bello.
Se ha perdido un hombre calvo, de ojos claros. Se ignora su nombre. Ya no tiene años. Confunde su vida con lo que ha inventado. Viste como todos. No es ni alto ni bajo. // Se ha perdido un hombre que salió buscando algo cuyo nombre
Cuando ya nada se espera personalmente exaltante, mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia, fieramente existiendo, ciegamente afirmado, como un pulso que golpea las tinieblas,