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  • Nocturno, de Gabriela Mistral | Poema

Nocturno, de Gabriela Mistral | Poema

  • Poesía Recitada -Tomás Galindo-
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Poema en español
Nocturno

Padre Nuestro, que estás en los cielos, 
¡por qué te has olvidado de mí! 
Te acordaste del fruto en febrero, 
al llagarse su pulpa rubí. 
¡Llevo abierto también mi costado, 
y no quieres mirar hacia mí! 

Te acordaste del negro racimo, 
y lo diste al lagar carmesí; 
y aventaste las hojas del álamo, 
con tu aliento, en el aire sutil. 
¡Y en el ancho lagar de la muerte 
aun no quieres mi pecho oprimir! 

Caminando vi abrir las violetas; 
el falerno del viento bebí, 
y he bajado, amarillos, mis párpados, 
por no ver más enero ni abril. 

Y he apretado la boca, anegada 
de la estrofa que no he de exprimir. 
¡Has herido la nube de otoño 
y quieres volverte hacia mí! 

Me vendió el que besó mi mejilla; 
me negó por la túnica ruin. 
Yo en mis versos el rostro con sangre, 
como Tú sobre el paño, le di, 
y en mi noche del Huerto, me han sido 
Juan cobarde y el Ángel hostil. 

Ha venido el cansancio infinito 
a clavarse en mis ojos, al fin: 
el cansancio del día que muere 
y el del alba que debe venir; 
¡el cansancio del cielo de estaño 
y el cansancio del cielo de añil! 

Ahora suelto la mártir sandalia 
y las trenzas pidiendo dormir. 
Y perdida en la noche, levanto 
el clamor aprendido deTi: 
¡Padre Nuestro, que estás en los cielos, 
por qué te has olvidado de mí!

Gabriela Mistral

Gabriela Mistral nació en Vicuña, Chile, en 1889, y murió en Nueva York en 1957. Obtuvo el Premio Nobel de Literatura en 1945 y el Premio Nacional de Literatura en 1951. Publicó los poemarios Desolación (1922), Ternura (1924), Tala (1938) y Lagar (1954). Póstumamente aparecieron Poema de Chile (1967) y Almácigo (2016), entre otros. Fue también una ensayista y cronista cuya importancia es reivindicada cada vez más. En esa línea, Lumen ha publicado Niña errante (2010), su correspondencia con Doris Dana, y Caminando se siembra. Prosas inéditas (2013).

  • Adiós, de Gabriela Mistral | Poema

    Gabriela Mistral

    En costa lejana 
    y en mar de Pasión, 
    dijimos adioses 
    sin decir adiós. 
    Y no fue verdad 
    la alucinación. 
    Ni tú la creíste 
    ni la creo yo, 
    «y es cierto y no es cierto» 
    como en la canción. 
    Que yendo hacia el Sur 
    diciendo iba yo: 

  • Íntima, de Gabriela Mistral | Poema

    Gabriela Mistral

    Tú no oprimas mis manos. 
    Llegará el duradero 
    tiempo de reposar con mucho polvo 
    y sombra en los entretejidos dedos. 

    Y dirías: «No puedo 
    amarla, porque ya se desgranaron 
    como mieses sus dedos». 

  • La lluvia lenta, de Gabriela Mistral | Poema

    Gabriela Mistral

    Esta agua medrosa y triste, 
    como un niño que padece, 
    antes de tocar la tierra 
      desfallece. 

    Quieto el árbol, quieto el viento, 
    ¡y en el silencio estupendo, 
    este fino llanto amargo 
      cayendo! 

  • La bailarina, de Gabriela Mistral | Poema

    Gabriela Mistral

    La bailarina ahora está danzando 
    la danza del perder cuanto tenía. 
    Deja caer todo lo que ella había, 
    padres y hermanos, huertos y campiñas, 
    el rumor de su río, los caminos, 
    el cuento de su hogar, su propio rostro 
    y su nombre, y los juegos de su infancia 

  • El niño solo, de Gabriela Mistral | Poema

    Gabriela Mistral

    A Sara Hübner 
     
    Como escuchase un llanto, me paré en el repecho 
    y me acerqué a la puerta del rancho del camino. 
    Un niño de ojos dulces me miró desde el lecho. 
    ¡Y una ternura inmensa me embriagó como un vino! 

  • Corderito, de Gabriela Mistral | Poema

    Gabriela Mistral

    Corderito mío, 
    suavidad callada: 
    mi pecho es tu gruta 
    de musgo afelpada. 

  • La Cenicienta, de Gabriela Mistral | Poema

    Gabriela Mistral

    Cenicienta, Cenicienta, 
    pegada al fogón se pasa 
    y el hollín la va cubriendo 
    como penitente saya. 

    Con la ardentez de la hoguera 
    se quemaron sus pestañas; 
    de lavar grandes mosaicos 
    quebrada tiene la espalda. 

  • Desolación, de Gabriela Mistral | Poema

    Gabriela Mistral

    La bruma espesa, eterna, para que olvide dónde 
    me ha arrojado la mar en su ola de salmuera. 
    La tierra a la que vine no tiene primavera: 
    tiene su noche larga que cual madre me esconde. 

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