Espera, octubre, de Gilberto Owen | Poema

    Poema en español
    Espera, octubre

    Espera, octubre. 
    No hables, voz. Abril disuelve apenas 
    la piel de las estatuas en espuma, 
    aún canta en flor el árbol de las venas, 
    y ya tu augurio a ras del mar, tu bruma 
    que sobre el gozo cuelga sus cadenas, 
    y tu clima de menta, en que se esfuma 
    el pensamiento por su laberinto 
    y se ahonda el laberinto del instinto. 

    No quemes, cal. No raye las paredes 
    de aire de abril de mi festín tu aviso. 
    Si ya me sabes presa de tus redes, 
    si a mi soñar vivir nací sumiso, 
    vuelve al sueño real de que procedes, 
    déjame roca el humo infiel que piso, 
    deja a mi sed el fruto, el vino, el seno, 
    y a mi rencor su diente de veneno. 

    Espejo, no me mires todavía. 
    Abril nunca es abril en el desierto, 
    y me espía tu noche todo el día 
    para que al verte yo me mire muerto; 
    Narciso no murió de egolatría, 
    sí cuando le enseñé que eres incierto, 
    que eres igual al hombre que te mira 
    y que al mirarse en ti ya no se mira. 

    • Me he querido mentir que no te amo, 
      roja alegría incauta, sol sin freno 
      en la tarde que sólo tú detienes, 
      luz demorada sobre mi deshielo. 
      Por no apagar la brasa de tus labios 
      con un amor que darte no merezco, 
      por no echar sobre el alba de tus hombros 

    • Por el amor de una nube 
      De blanda piel me perdí 
      Duermo encadenado al cielo 
      Sin voz sin nombre sin ser 
      Sin ser voz suena mi nombre 
      Mas donde sueña no sé 
      Que se me enredó la oreja 
      Descifrando un caracol 
      Tras una reja de olas 

    • Espera, octubre. 
      No hables, voz. Abril disuelve apenas 
      la piel de las estatuas en espuma, 
      aún canta en flor el árbol de las venas, 
      y ya tu augurio a ras del mar, tu bruma 
      que sobre el gozo cuelga sus cadenas, 
      y tu clima de menta, en que se esfuma