Otoño enfermo y adorado tú morirás cuando el huracán sople las rosaledas cuando la nieve caiga sobre los huertos
Pobre otoño mueres con la blancura y la riqueza de la nieve y de los frutos maduros en el fondo del cielo unos gavilanes vuelan sobre las sencillas niñas de breves cabellos verdes que nunca han amado
En los lejanos confines braman los ciervos
Y cuánto amo oh estación tus rumores los frutos que caen y nadie los recoge el viento y el bosque que lloran todas sus lágrimas en otoño hoja a hoja
Las hojas pisadas un tren que pasa la vida se desliza.
Hombres del futuro acordaos de mí yo viví la época del fin de los reyes uno tras otro morían silenciosos y tristes y triplicado su coraje convertíanse en trimegistos
Estoy aquí delante de todos un hombre con sentido común que conoce la vida y de la muerte lo que un hombre puede conocer probó los dolores y los goces del amor impuso algunas veces sus ideas conoce varias lenguas y no ha viajado poco
Mi boca tendrá ardores de averno, mi boca será para ti un infierno de dulzura, los ángeles de mi boca reinarán en tu corazón, mi boca será crucificada y tu boca será el madero horizontal de la cruz, pero qué boca será el madero vertical de esta cruz.