Estábamos ahí detrás del seto, de Jesús Aguado | Poema

    Poema en español
    Estábamos ahí detrás del seto

    Estábamos ahí detrás del seto... 
    hendidos a buril en la espesura 

    estábamos ahí abrazados e inmóviles 
    a salvo de los perros de la casa 

    estábamos ahí 
    como piedras talladas por el canto del búho 
    como agua detenida por el canto del liquen 
    como raíz medicinal que aguardase a una enferma 

    estábamos ahí tras los arbustos 
    a salvo del bullicio feliz de las palabras 
    lo que dices de mí lo que digo de ti 
    las palabras que dicen 
    pon la cena el columpio chirría que se laven las manos 
    he encontrado ese vino que te gusta 

    estábamos ahí 
    sin las palabras 
    hundidos en la noche como huella en el barro 
    abrazados e inmóviles como el rayo en el tronco 
    a salvo del Estar y del Ahí 
    perros que muerden al extraño que salta el muro de la casa 

    estábamos ahí detrás del seto 
    como un poco de lluvia secándose en la cuerda de la ropa 
    besándonos despacio para parar el río 
    buscándonos despacio viviéndonos despacio 
    para parar el hielo y el deshielo 
    para parar las nubes y las águilas 
    para entrar muy despacio al cuarto donde duermen las 
     preguntas 
    para salir del tiempo sin salir de nosotros 

    estábamos ahí 
    sin arcos de palabras sin flechas de palabras 
    desarmados y solos como el óxido que baja por la verja 
    sin cepos de palabras sin lazos de palabras 
    sin tirachinas de palabras 
    abrazados e inmóviles como briznas de un nido 
    como una mariposa en el cuerno de un toro 
    como un cadete muerto en su trinchera 
    a salvo del Decir y del Nosotros 
    emboscados y tristes 
    lamiéndonos despacio desde nunca hacia nunca 
    pulsándonos despacio como a un violín los cambios de 
     humedad 
    cerrándonos despacio las madrigueras del deseo 
    mientras ladran los canes y olfatean 
    mientras ladra el Decir ladra el Nosotros 
    mientras ladran a coro las palabras 
    lo que dices de mí lo que digo de ti 

    ayúdame a peinarme la leche no está fresca 
    gracias por el jersey gracias por tu sonrisa 
    hoy te toca fregar ya mí las camas 
    ayer no te acordaste de recoger las fotos 
    se han mustiado las rosas pero no los geranios 

    estábamos ahí 
    sembrándonos semillas de dedos y de bocas 
    la pepita el carozo las costillas los tarsos 
    sembrándonos el árbol de los huesos 
    arrojando caricias como grano en el surco 
    arándonos a espalda de los bueyes pesados del espíritu 

    estábamos ahí detrás del seto 
    no en silencio pues éste mana de las palabras 
    cercados por hurones por babosas 
    por pistilos y abejas por el viento y un trozo de papel 
    no en silencio pues éste se calla en las palabras 
    el silencio se calla dentro de las palabras 
    a salvo del Estar y del Ahí 
    que se llenan la panza con todas tus palabras y las mías 
    palabras como pienso que trituran sus dientes 
    montones de palabras que les mantienen vivos y excitados 
    palabras recogidas en platos de silencio 
    que les hacen saltar mancharte con sus patas aullar a los 
     de afuera 
    palabras que alimentan la exclusión 

    estábamos ahí tras los arbustos 
    como tréboles setas coccinelas 
    como asteroides recién precipitados del olvido 
    como el tallo espinoso de la nada 
    como torpes alumnos del sauce y la colina 
    como luz rebotando de tu cuerpo a mi cuerpo de pared a 
     pared 
    quitándonos despacio los ladrillos 
    quitándonos ladrillos uno al otro para poner un claro del 
    bosque entre los dos 
    atesorando fórmulas para el tiempo del caos 

    estábamos ahí 
    esculpiendo la luz en la espesura 

    estábamos ahí detrás del seto 
    como ladrones sin pasado 
    ladrones sin más plan que no ser atrapados por la Historia 
    ladrones con las manos vacías de vacío 
    ladrones sin ganzúas sin linternas sin guantes sin 
     cronómetros 
    sin pólvora futura ni el cortafrío del presente 
    ladrones sin sintaxis ni pistolas 
    plantados en un robo como en una maceta 
    plantados en el plano de una casa como alfileres en un 
     corcho 
    plantados en el antes y el después como una jabalina 
     lanzada contra un ñu 

    estábamos ahí 
    soldados a la noche como planchas de un barco a la deriva 
    sorbiéndonos y siendo sorbidos por los líquidos 
    fantasma naufragando en un fantasma 

    estábamos ahí 
    entre el bosque y la casa 
    tras un seto 
    a salvo del Decir que rompe el espinazo de los gatos 
    a salvo del Estar que acorrala a los topos 
    a salvo del Nosotros que acecha a los gorriones 
    a salvo del Ahí que gruñe al visitante 
    a salvo del desfile de palabras que aplastan tulipanes y 
     magnolias 
    lo que dices de mí lo que digo de ti 
    barnizar las persianas me llevará una tarde por lo menos 
    el paquete de harina me recuerda a tu amigo 
    me esconderé en el gel cuando te duches 
    te vi en mi pesadilla con treinta y dos cabezas de lechuga 
    haz copia de esta llave haz copia de tu lengua 

    estábamos ahí 
    abrazados e inmóviles como raíles a la tierra 
    como una copa al agua que derrama 
    desmigajados como para un cuervo 
    desorientados como la brújula prendida de un imán 
    abrazados e inmóviles como el humo y los troncos 
    como el mirlo y sus trinos 
    como el tren y el temblor y el pasajero 

    estábamos ahí detrás de los arbustos 
    no escuchando las risas ni los discos ni los coches 
    frenando al llegar a la curva 
    no mirando los globos de colores 
    no oliendo las galletas horneándose 
    a salvo del Nosotros anfitrión de una fiesta 
    a salvo del Decir malabarista 
    a salvo del Estar que sirve canapés 
    a salvo del Ahí que guarda los abrigos 
    abrazados e inmóviles como nutrias de agua 
    como milanos de aire 
    como arcilla en la piel del alfarero 
    no sintiendo el relente que empapa las hamacas y los 
     toldos y riza los cabellos de los que bailan en el 
     porche 
    no atendiendo al silencio de todas las palabras 
    lo que dices de mí lo que digo de ti 
    nos vamos a tu casa. lo siento eres mi tipo. pues más a 
     mi favor. es que jamás me acuesto con hombres 
     que me gustan estropea las cosas cuando todo 
     termina, estoy a tiempo aún de no gustarte si me 
     das media hora, es tarde para el tiempo y es tarde 
     para ti ya me gustas muchísimo. soy horrible lo 
     juro. 
    para mí una ginebra yo seguiré con blanco 
    me han hablado de ti me han dicho que eres dulce y 
     optimista 
    el dinero ya sabes sólo sirve a la nada mientras más menos 
     eres 
    he dejado a las niñas con mi primo 

    estábamos ahí 
    abrazados e inmóviles 
    inocupados como los bancos de una plaza un día de tormenta 
    desiertos como el iris de un cervatillo muerto 
    desposeídos como una cantera de reptiles 
    inobservados como las tejas de una torre 
    a salvo del Abrazo y de lo Inmóvil 
    esos perros rabiosos que atacan a sus dueños 
    a salvo del Abrazo que le ofrece tus ojos a los pulpos 
    cuando intentas salvar al que se ahoga 
    a salvo de lo Inmóvil que transforma este punto en una 
     cárcel 

    estábamos ahí 
    entre el bosque y la casa 
    dilucidados por el canto de un bosque y una casa 
    dilucidados por el humus las brácteas las mantis 
     religiosas 
    dilucidados por el canto de ventanas y puertas 
    abiertos al sentido abiertos los sentidos 
    penetrando en lo otro que no es otro 
    cayendo hacia lo otro desde un puente pintado sobre el 
     agua 
    cruzando a la otra orilla sobre balsa de espejos 
    dilucidados por el canto que salva de lo Otro 
    dilucidados por el canto que nos salva del Entre 

    estábamos ahí tras los arbustos 
    ausentes de la punta de una lanza que viaja por nosotros 
     como un escarabajo por el hueco de un árbol 
    la punta de una lanza que no gobierna ya ni el asa ni la 
     elíptica de un tiro 
    la punta de una lanza que abreva en el hilillo de una 
     sangre inmóvil y abrazada a nuestras bocas 
    ausentes del galápago que desova en la playa del silencio 
    ausentes de las fresas y del muérdago 
    más allá del Decir y del Nosotros 
    esas ratas que rompen los huevos del galápago 
    más allá del Estar y del Ahí 
    ese tifón que arrasa las playas y la ausencia 
    más allá de las fresas comparadas con labios y más allá 
     del muérdago que desvela los símbolos 
    ausentes y presentes como el cielo reflejado en un lago 
    lo que dices de mí lo que digo de ti 
    le pondría una pizca de salvia y de tomillo 
    el dolor no me sirve para entender los nardos 
    esa novela es buena pero mejor que la olvidemos 
    no descuides tu tierna hipocresía cuando te lo presente 

    estábamos ahí 
    hendidos a buril en la espesura 
    hendidos a buril por el vacío 
    una fragua encendida en la espesura 
    un taller de escultor con lascas de vacío 
    dos cuerpos que se cruzan en la fronda como huenas de 
     zorro con huenas de gineta 
    cuerpos que en vez de manos tienen cambios de agujas 
    cuerpos que en vez de cuerpos son minas de antracita 
    hendidos muy despacio con golpes de vacío 
    borrados por el canto del murete por el canto de la 
    cancela por el canto del chumbo 
    cuerpos o vagonetas herrados al vacío 
    cuerpos para una estatua del vacío 

    estábamos ahí 
    barriendo la hojarasca de nuestro Corazón con la escoba 
     del cuerpo 
    barriendo la hojarasca de los músculos con movimientos 
     limpios de cadera 
    barriendo la hojarasca del antes y el después para 
     quemarla ahora en nuestro sexo 
    desocultados como un salto de jaguar hacia una iguana pero 
     ocultados como iguana en una poza 
    desocultados y ocultados como la palabra en el canto 

    estábamos ahí tras los arbustos 
    velando nuestro estar dormidos como espigas dormidos como 
     calabazas dormidos como peras en un árbol 
    velando la respiración de la cosa en la cosa y del cuerpo 
     en el cuerpo 
    velando el transcurrir del tiempo deteniéndose en el 
     tiempo 
    atentos al hidrógeno que avanza por la savia como una 
     bicicleta que colgada de un gancho escala su pared 
     sin miedo al precipicio 
    atentos al arroz que avanza por el humedal como el cielo 
     recorre una cometa enredada en los cables de la luz 
    cuidando las raíces de la noche las raíces que sanan a la 
     enferma 

    estábamos ahí detrás del seto 
    anadeando en el estanque de los muslos 
    a salvo del Decir y del Nosotros 
    lo que dices de mí lo que digo de ti 
    me sentiré culpable de nuestro apocalipsis 
    atrácala a la carta. sitar gratis. sé de crema mercedes. 
     reconocer. radar 
    la tenía en mis menos y la echaba de manos 
    las alarmas no sirven si es un profesional el que te besa 
    tanto pan de centeno y luego los bombones 
    y bájame la cremallera sin exiliar tu boca de mi nuca sin 
     que levante el vuelo tu mano del pezón sin que 
     abandone el monte de mis nalgas tu cintura rebelde 
     alzada en armas 
    si la amnesia es un don sé entonces mi accidente 
    crocanti y leche condensada una hora a fuego lento y está 
     listo 

    estábamos ahí tras los arbustos 
    orinados por hadas y unicornios 
    orinados por la velocidad por la imaginación por las 
     metáforas 
    empapados de olor pero inmutables como el musgo o la 
     esquina como el tocón o el grifo que surte a la 
     manguera 
    manchados con la orina del lenguaje 
    orinados por todas las palabras que después de aliviarse 
     se olvidan de nosotros 
    manchados de silencio 
    manchados por las heces de la nada 
    orinados por gnomos y por sílfides por hidras y por 
     monstruos 
    orinados por máscaras y voces 
    orinados por Ti y por Mí por el Entre y el Ser por Ahora y 
     por Nunca 

    estábamos ahí 
    desmigajados como para un pez 

    estábamos ahí detrás del seto 
    viéndonos despacio para burlar la Vida 
    urmiendo a las preguntas para salir del tiempo sin salir 
     de nosotros 
    estábamos ahí tras los arbustos 
    desgajados de todas las palabras 
    lo que dices de mí lo que digo de ti 
    mejor llévate un chal si te vas a la guerra 
    otro avión se ha estrellado 
    tantos mueren de sed y nosotros piscinas y piscinas 
    minas antipersona en la contienda 
    un solo mandamiento es necesario no usarás ya más 
     pronombres posesivos 

    estábamos ahí 
    detrás de los arbustos 
    o tras el seto 
    abrazados e inmóviles 
    como raíz medicinal en manos de una enferma 
    a salvo de los perros de la casa 
    esperando 
    esperando 
    esperando el poema