Porque el silencio vive si la palabra calla y el olvido se extiende donde el amor deserta, y de las mordeduras gozosas o crueles sólo queda la huella que arrancan a las prensas.
Por eso estoy en las palabras.
Porque el cerezo da sus frutos sin saberlo y sin saberlo el cáñamo presagia las banderas, pero el hombre conoce que entre nada y la nada sólo puede dejar unos vocablos limpios.
Unos vocablos limpios o una voz iracunda que arranque el velo hirsuto donde se oculta el sueño, porque sólo la voz, las palabras perduran cuando embebe la helada la luz de los tejidos.
Por eso estoy en las palabras.
Porque a pesar de todo, contra razón, salvado queda el que dijo. Y nada, contra razón también, queda del que calló, sino el molde vacío de su materia muda.
Por eso estoy con las palabras y por eso redescubro un sentido al sinsentido en ellas y repito sonidos que heredé sin quererlo y es mi roce en su uso mi paso por la historia.
-Llaman a esto pecado los fanáticos. A esta explosión que lenta se alabea, a este sentir con cada poro, vibrar en cada vello, a este ser piel, a esta dulzura derramada en carne viva,
Me has dado tu dulzura a borbotones en días desolados, me has regalado el beso y el saber secreto de tus labios, has sabido calmar entre tus dedos mi guerra y mi pasado e interpretar mis gestos de náufrago y ofrecerme tus brazos;
Porque el silencio vive si la palabra calla y el olvido se extiende donde el amor deserta, y de las mordeduras gozosas o crueles sólo queda la huella que arrancan a las prensas.