Desde la oscuridad absoluta, el escenario se ilumina. Fondo azul. Hacia la derecha, una mesilla de noche. En el centro del escenario, un personaje alto, envarado, de frac, con sombrero de copa y guantes en la mano. Pausa. Entra por la derecha, envarada, una señora en vestido de noche oscuro; saca del cajón de la mesilla una banda roja y se la coloca al gran dignatario con toda solemnidad. La gran dignataria, igualmente envarada, sale. El personaje continúa inmóvil. La luz va adquiriendo un tono rojizo hasta el color rojo intenso; después se va apagando gradualmente hasta quedar todo a oscuras.
II
El escenario se ilumina. Fondo amarillo. Inmóvil en medio del escenario, un clérigo con sombrero de canal y manteo. De pronto se desnuda lentamente. Es una mujer, una stripteaser que ejecuta su número de una forma rutinaria, más bien vulgar, ondulando los lados. Debajo de la sotana lleva ropa interior femenina de color violeta, con las medias negras. Cuando se ha desnudado completamente, permanece inmóvil y se apagan las luces.
III
El escenario se ilumina. Fondo rosado. En el centro, un militar inmóvil con el pecho lleno de cruces y medallas y la mano izquierda apoyada en el sable. Pausa. De súbito, las condecoraciones se le van cayendo una a una. Al caer la última, baja el
Si fueras una ola, serías mi juego favorito. Si me quisieras siempre, serías la plenitud. Si fueras una manera de hablar, serías el diálogo. Si lloraras inquieta, te buscaría y no te encontraría. Si fueras una puesta de sol, serías la más bella de todas.