Traten de despertar, de Jorge Teillier | Poema

    Poema en español
    Traten de despertar

    Traten de despertar 
    y acompáñennos 
    campanas que han olvidado su sed de espacio, 
    arco iris en dónde quería vivir una niña, 
    tardes que pasábamos en el tejado de zinc 
    leyendo a Salgari y a Julio Verne, 
    tardes como las sandías que poníamos a enfriar en el río, 
    como los pies desnudos de los niños que caminaban por los rieles del desvío del aserradero, 
    como el beso de la muchacha en la penumbra de la bodega triguera. 
    Acompáñennos, 
    rechinar de las mariposas de hierro, 
    veletas quejumbrosas, 
    cielo de la hora de la novena 
    tan cercano que pronunciar un nombre podría romperlo, 
    cielo en donde se hundían las palomas cansadas de la iglesia. 

    Acompáñennos 
    a nosotros que hemos visto el sol 
    transformarse en un girasol negro. 
    A nosotros que hemos sido convertidos 
    en hermanos de las máscaras muertas 
    y de las lámparas que nada iluminan 
    y sólo congregan sombras. 
    A nosotros 
    los desterrados en un lugar en donde nadie conoce el nombre de los árboles, 
    donde vemos todo próximo amor 
    como una próxima derrota, 
    toda mañana como una carta que nunca abriremos. 

    Acompáñennos, 
    porque aunque los días de la ciudad 
    sean espejos que sólo pueden reflejar 
    nuestros rostros destruidos, 
    porque aunque confiamos nuestras palabras 
    a quienes decían amarnos 
    sin saber que sólo los niños y los gatos 
    podrían comprendernos, 
    sin saber que sólo los pájaros y los girasoles 
    no nos traicionarían nunca, 
    aún escuchamos el llamado de los rieles 
    que zumban en el medio día del verano en que abandonamos la aldea, 
    y en sueños nos reunimos para caminar 
    hacia el País de Nunca Jamás 
    por senderos retorcidos iluminados 
    sólo por las candelillas y los ojos encandilados de las liebres.