Amamos porque sí, sencillamente porque sí, sin saberlo, como cuando la espiga se levanta, como la lluvia cuando está cayendo, como el viento que pasa y no lo sabe y sin embargo, pasa y es el viento.
Amamos porque sí, sencillamente porque sí, sin razón y sin remedio, como se seca un pozo, como se empaña a veces un espejo, como una fecha que cambió de día o un nombre que olvidamos en un sueño.
Amamos porque sí, sencillamente y no importa en qué tiempo, si en un amanecer de primavera o en un lento crepúsculo de invierno, pues si el árbol lozano da más flores son más dulces los frutos de los árboles viejos.
Amamos porque sí, sencillamente por un porqué fatal que no sabemos, como el traje de luto para un niño o como las estrellas para un ciego, como van hacia abajo las raíces y hacia arriba las ramas con las hojas por dentro.
Amamos porque sí, sencillamente porque sí, porque es cierto, como un anochecer al mediodía, como una llamarada sobre el hielo, como resucitar estando vivos sólo para morir sin haber muerto.
Amamos porque sí, sencillamente. Sencillamente, como pasa el viento ...
Por un agua de hastío voy moviendo estos remos, que pasan tanto al irme y tan poco al volver; pero quizá un día no nos separaremos, mujer mía y ajena, como el amanecer.
Tal vez guardes mi libro en alguna gaveta, sin que nadie descubra qué relata su historia, pues serán simplemente, los versos de un poeta, tras arrancar la página de la dedicatoria...
Yo he vivido mi vida: si fue larga o fue corta, si fue alegre o fue triste, ya casi no me importa. Y aquí estoy, esperando. No sé bien lo que espero, si el amor o la muerte, -lo que pase primero.
Un hijo... ¿Tú sabes, tu sientes que es eso? ver nacer la vida del fondo de un beso, por un inefable milagro de amor; Un beso que llene la cuna vacía, y que ingenuamente nos mire y sonría: un beso hecho flor...
Amigo: sé que existes, pero ignoro tu nombre. No lo he sabido nunca ni lo quiero saber. Pero te llamo amigo para hablar de hombre a hombre, que es el único modo de hablar de una mujer. Esa mujer es tuya, pero también es mía.
Espero tu sonrisa y espero tu fragancia por encima de todo, del tiempo y la distancia. Yo no sé desde dónde, hacia dónde, ni cuándo regresarás... sé sólo que te estaré esperando.