El niño pobre, de Juan Ramón Jiménez | Poema

    Poema en español
    El niño pobre

    Le han puesto al niño un vestido 
    absurdo, loco, ridículo; 
    le está largo y corto; gritos 
    de colores le han prendido 
    por todas partes. Y el niño 
    se mira, se toca, erguido. 
    Todo le hace reír al mico, 
    las manos en los bolsillos… 
    La hermana le dice ─pico 
    de gorrión, tizos lindos 
    los ojos, manos y rizos 
    en el roto espejo─: «¡Hijo, 
    pareces un niño rico…! » 



    – 



    Vibra el sol. Ronca, dormido, 
    el pueblo en paz. Solo el niño 
    viene y va con su vestido… 
    viene y va con su vestido… 
    En la feria, están caídos 
    los gallardetes. Pititos 
    en zaguanes… Cuando el niño 
    entra en casa, en un suspiro 
    le chilla la madre: «¡Hijo 
    ─y él la mira calladito, 
    meciendo, hambriento y sumiso, 
    los pies en la silla─, hijo, 
    pareces un niño rico…!» 



    – 



    Campanas. Las cinco. Lírico 
    sol. Colgaduras y cirios, 
    viento fragante del río. 
    La procesión. ¡Oh, qué idílico 
    rumor de platas y vidrios! 
    ¡Relicarios con el brillo 
    de ocaso en su seno místico! 
    …El niño, entre el vocerío, 
    se toca, se mira… «¡Hijo, 
    le dice el padre bebido 
    ─una lágrima en el limo 
    del ojuelo, flor de vicio─, 
    pareces un niño rico…!». 



    – 



    La tarde cae. Malvas de oro 
    endulzan la torre. Pitos 
    despiertos. Los farolillos, 
    aún los cohetes con sol vivo, 
    se mecen medio encendidos. 
    Por la plaza, de las manos, 
    bien lavados, trajes limpios, 
    con dinero y con juguetes, 
    vienen ya los niños ricos. 
    El niño se les arrima, 
    y, radiante y decidido, 
    les dice en la cara: «¡Ea, 
    yo parezco un niño rico!».

    Juan Ramón Jiménez (1881-1958) es un autor esencial para la poesía en lengua española. Sus propuestas estéticas marcan una línea divisoria entre el Romanticismo de Espronceda y Bécquer, bajo cuya influencia escribe sus primeros versos, y el Modernismo y las vanguardias de las primeras décadas del siglo XX. Deslumbran en su poesía el rico caudal de sus luminosas imágenes y la profundidad conceptual y simbólica de sus versos. El exilio en América durante las décadas de los cuarenta y cincuenta enriquece su poesía, la cual adquiere una dimensión cósmica y mística sin precedentes en la tradición española. No en vano fue Premio Nobel de Literatura en 1956 por el conjunto de su obra.