La rosa azul, de Juan Ramón Jiménez | Poema

    Poema en español
    La rosa azul

    ¡Que goce triste este de hacer todas las cosas como ella las hacía! 
    Se me torna celeste la mano, me contagio de otra poesía 
    Y las rosas de olor, que pongo como ella las ponía, exaltan su color; 
    y los bellos cojines, que pongo como ella los ponía, florecen sus jardines; 
    Y si pongo mi mano -como ella la ponía- en el negro piano, 
    surge como en un piano muy lejano, mas honda la diaria melodía. 

    ¡Que goce triste este de hacer todas las cosas como ella las hacía! 
    me inclino a los cristales del balcón, con un gesto de ella 
    y parece que el pobre corazón no está solo. 
    Miro al jardín de la tarde, como ella, 
    y el suspiro y la estrella se funden en romántica armonía. 

    ¡Que goce triste este de hacer todas las cosas como ella las hacía! 
    Dolorido y con flores, voy, como un héroe de poesía mía. 
    Por los desiertos corredores que despertaba ella con su blanco paso, 
    y mis pies son de raso -¡oh! Ausencia hueca y fría!- 
    y mis pisadas dejan resplandores.

    Juan Ramón Jiménez (1881-1958) es un autor esencial para la poesía en lengua española. Sus propuestas estéticas marcan una línea divisoria entre el Romanticismo de Espronceda y Bécquer, bajo cuya influencia escribe sus primeros versos, y el Modernismo y las vanguardias de las primeras décadas del siglo XX. Deslumbran en su poesía el rico caudal de sus luminosas imágenes y la profundidad conceptual y simbólica de sus versos. El exilio en América durante las décadas de los cuarenta y cincuenta enriquece su poesía, la cual adquiere una dimensión cósmica y mística sin precedentes en la tradición española. No en vano fue Premio Nobel de Literatura en 1956 por el conjunto de su obra.