Pasan los días y los años, corre la vida
y uno no sabe por qué vive...
Pasan los días y los años, llega la muerte
y uno no sabe por qué muere.
Y un día el hombre se pone a llorar sin más ni más,
sin saber por qué llora
por quién llora...
y qué significa una lágrima.
Luego, cuando otro día uno se va para siempre,
sin que nadie lo sepa tampoco
y sin saber quién es
ni a qué ha venido aquí...
piensa que tal vez vino sólo a llorar
y aullar como un perro...
por el perro de ayer que se fue,
por el perro de mañana que vendrá
y se irá también sin que se sepa adónde
y por todos los pobres perros muertos del mundo.
Porque ¿no es el hombre un pobre perro perdido y solitario
sin amo y sin domicilio conocido?...
Y no puede llorar y aullar el Hombre en el Viento
sin más ni más... porque sí
como aúlla el mar... ¿Por qué aúlla el mar?
Señor Arcipreste... ¿Por qué aúlla el mar?