Vencidos, de León Felipe | Poema

    Poema en español
    Vencidos

    Por la manchega llanura 
    se vuelve a ver la figura 
    de Don Quijote pasar. 

    Y ahora ociosa y abollada va en el rucio la armadura, 
    y va ocioso el caballero, sin peto y sin espaldar, 
    va cargado de amargura, 
    que allá encontró sepultura 
    su amoroso batallar. 
    Va cargado de amargura, 
    que allá «quedó su ventura» 
    en la playa de Barcino, frente al mar. 

    Por la manchega llanura 
    se vuelve a ver la figura 
    de Don Quijote pasar. 
    Va cargado de amargura, 
    va, vencido, el caballero de retorno a su lugar. 

    ¡Cuántas veces, Don Quijote, por esa misma llanura, 
    en horas de desaliento así te miro pasar! 
    ¡Y cuántas veces te grito: Hazme un sitio en tu montura 
    y llévame a tu lugar; 
    hazme un sitio en tu montura, 
    caballero derrotado, hazme un sitio en tu montura 
    que yo también voy cargado 
    de amargura 
    y no puedo batallar! 

    Ponme a la grupa contigo, 
    caballero del honor, 
    ponme a la grupa contigo, 
    y llévame a ser contigo 
    pastor. 

    Por la manchega llanura 
    se vuelve a ver la figura 
    de Don Quijote pasar...

    • Oh, este dolor, 
      este dolor de no tener ya lágrimas; 
      este dolor 
      de no tener ya llanto 
      para regar el polvo. 
      ¡Oh, este llanto de España, 
      que ya no es más que arruga y sequedad... 
      mueca, 
      enjuta congoja de la tierra, 

    • He llegado al final... 
      ¿Quién me ha traído hasta aquí... 
      y por qué me han traído hasta aquí? 
      Yo no quería cantar... 
      Y ahora parece que este era solo mi destino: 
      cantar, rezar, gritar, llorar, blasfemar... 
      Y con una voz de publicano, 

    • Aquí estoy... 
      En este mundo todavía... Viejo y cansado... Esperando 
          a que me llamen... 
      Muchas veces he querido escaparme por la puerta maldita 
          y condenada 
      y siempre un ángel invisible me ha tocado en el hombro 
          y me ha dicho severo: 

    • Tu estabas dormida 
      como el agua que duerme en la alberca... 
      y yo llegué a ti 
      como llega 
      hasta el agua que duerme 
      la piedra. 
      Turbé tu remanso y en ondas de amor te quebraste 
      como en ondas el agua que duerme se quiebra 
      cuando 
      llega 

    • Pasan los días y los años, corre la vida 
      y uno no sabe por qué vive... 
      Pasan los días y los años, llega la muerte 
      y uno no sabe por qué muere. 
      Y un día el hombre se pone a llorar sin más ni más, 
      sin saber por qué llora 
      por quién llora... 

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