El ciego amor no sabe de distancias, de Manuel Altolaguirre | Poema

    Poema en español
    El ciego amor no sabe de distancias

    El ciego amor no sabe de distancias 
    y, sin embargo, el corazón desierto 
    todo su espacio para mucho olvido 
    le da lugar para perderse a solas 
    entre cielos abismos y horizontes. 
    Cuando me quieres, al mirarme adentro, 
    mientras la sangre nuestra se confunde, 
    una redonda lejanía profunda 
    hace posible nuevas ilusiones. 
    Ser tuyo es renacerme porque logras 
    borrar, hundir, que se retiren todos 
    los espejos, los muros de mi alma. 
    Blancura del amor. Con cuánto fuego 
    se anunció tu presencia. Tengo ahora 
    la luz de aquel incendio y un vacío 
    donde esperar, donde temer tu vida.

    Manuel Altolaguirre nació en Málaga en 1906. Comenzó su labor profesional como un activo editor e impresor. A destacar, la fundación de la revista Litoral en 1926, junto a Emilio Prados, punto de encuentro de la mayor parte de la generación del 27. Su primera obra en verso, Las Invitadas y otros poemas (1926) corresponde al estilo de finales de siglo. En Poema del Agua (1927) se descubren resonancias gongorinas. Ejemplo representa un sentido de mayor modernidad e intimismo, manteniendo un lenguaje metafórico. Soledades juntas (1931) consolida su plenitud poética. Publicó, en prosa, Garcilaso de la Vega. Después de la guerra civil, vivió en Cuba entre 1939 y 1943, colaborando en la publicación de numerosas revistas. En 1943 se trasladó a México, donde destacó por su labor como guionista cinematográfico. Sus Poesías Completas 1926-1959 fueron publicadas en México en 1960. Falleció en Burgos en un accidente de tráfico, tras asistir al estreno de su primera película como director en el Festival de San Sebastián, en 1959.