Nadie te ha dado nada, de María Sanz | Poema

    Poema en español
    Nadie te ha dado nada

    Nadie te ha dado nada, tú lo sabes. 
    Y lo entiendes mejor cada mañana 
    cuando abres tu vacío a los primeros 
    rayos del sol. Entonces agradeces 
    tener por toda herencia tus sentidos 
    para ese instante alado de gorriones 
    que te hace despertar, para ese aroma 
    florido de la brisa más temprana. 
    Y lo entiendes mejor. Sabes que el tiempo 
    acabará con toda pertenencia, 
    con todo lo que aún no se posee, 
    y hasta con esas luces que te inundan 
    de su clara verdad. Nadie te ha dado 
    más que órdenes, leyes y consejos 
    a seguir, por las buenas o las malas; 
    tristezas en la noche, frases hechas, 
    remedios inservibles contra el frío 
    y un poco de otras muchas vanidades. 
    Pero tú lo agradeces. Así nunca 
    tendrás que devolver ciento por uno 
    de tales donaciones. Y lo entiendes 
    mejor cuando te acuerdas de ese día 
    en que habrás de partir, dejando sólo 
    unos versos escritos como ejemplo 
    de tu digna pobreza. Nadie cumple 
    más deseos por ir con su abundancia 
    sobre los hombros, por tener sus bienes 
    a salvo de un fracaso inoportuno. 
    Por eso, vive en paz con tu vacío, 
    con la luz matinal, con este aroma 
    de soledad en flor, con el silencio 
    que igual que tú, sin nadie, fructifica. 

    • Son seres grises, 
      inequívocamente masculinos, 
      que lo mismo me envían 
      algún ramo de rosas 
      con cuatro plenilunios de retraso, 
      que intentan sorprenderme 
      al llegar en su lata 
      (léase coche) último modelo 
      donde se sienten mágicos. 

    • Nadie te ha dado nada, tú lo sabes. 
      Y lo entiendes mejor cada mañana 
      cuando abres tu vacío a los primeros 
      rayos del sol. Entonces agradeces 
      tener por toda herencia tus sentidos 
      para ese instante alado de gorriones 
      que te hace despertar, para ese aroma