Canción primera, de Miguel Hernández | Poema

    Poema en español
    Canción primera

    Se ha retirado el campo 
    al ver abalanzarse 
    crispadamente al hombre. 

    ¡Qué abismo entre el olivo 
    y el hombre se descubre! 

    El animal que canta: 
    el animal que puede 
    llorar y echar raíces, 
    rememoró sus garras. 

    Garras que revestía 
    de suavidad y flores, 
    pero que, al fin, desnuda 
    en toda su crueldad. 

    Crepitan en mis manos. 
    Aparta de ellas, hijo. 
    Estoy dispuesto a hundirlas, 
    dispuesto a proyectarlas 
    sobre tu carne leve. 

    He regresado al tigre. 
    Aparta, o te destrozo. 

    Hoy el amor es muerte, 
    y el hombre acecha al hombre.