Pastoril, de Miguel Hernández | Poema

    Poema en español
    Pastoril

    Junto al río transparente 
    que el astro rubio colora 
    y riza el aura naciente 
    llora Leda la pastora. 

    De amarga hiel es su llanto. 
    ¿Qué llora la pastorcilla? 
    ¿Qué pena, qué gran quebranto 
    puso blanca su mejilla? 

    ¡Su pastor la ha abandonado! 
    A la ciudad se marchó 
    y solita la dejó 
    a la vera del ganado. 

    ¡Ya no comparte su choza 
    ni amamanta su cordero! 
    ¡Ya no le dice: “Te quiero”, 
    y llora y llora la moza! 

    *** 

    Decía que me quería 
    tu boca de fuego llena. 
    ¡Mentira! –dice con pena– 
    ¡ay! ¿por qué me lo decía? 

    Yo que ciega te creí, 
    yo que abandoné mi tierra 
    para seguirte a tu sierra 
    ¡me veo dejada de ti!… 

    Junto al río transparente 
    que la noche va sombreando 
    y riza el aura de Oriente, 
    sigue la infeliz llorando. 

    *** 

    Ya la tierna y blanca flor 
    no camina hacia la choza 
    cuando el sol la sierra roza 
    al lado de su pastor. 

    Ahora va sola al barranco 
    y al llano y regresa sola, 
    marcha y vuelve triste y bola 
    tras de su rebaño blanco. 

    ¿Por qué, pastor descastado, 
    abandonas tu pastora 
    que sin ti llora y más llora 
    a la vera del ganado? 

    *** 

    La noche viene corriendo 
    el azul cielo enlutando: 
    el río sigue pasando 
    y la pastora gimiendo. 

    Mas cobra su antiguo brío, 
    y hermosamente serena, 
    sepulta su negra pena 
    entre las aguas del río. 

    ……………… 

    Reina un silencio sagrado… 
    ¡Ya no llora la pastora! 
    ¡Después parece que llora 
    llamándola, su ganado!