Como el toro he nacido para el luto y el dolor, como el toro estoy marcado por un hierro infernal en el costado y por varón en la ingle con un fruto. Como el toro lo encuentra diminuto todo mi corazón desmesurado, y del rostro del beso enamorado, como el toro a tu amor se lo disputo. Como el toro me crezco en el castigo, la lengua en corazón tengo bañada y llevo al cuello un vendaval sonoro. Como el toro te sigo y te persigo, y dejas mi deseo en una espada, como el toro burlado, como el toro.
Sonreír con la alegre tristeza del olivo. Esperar. No cansarse de esperar la alegría. Sonriamos. Doremos la luz de cada día en esta alegre y triste vanidad del ser vivo.
Por los campos luchados se extienden los heridos. Y de aquella extensión de cuerpos luchadores salta un trigal de chorros calientes, extendidos en roncos surtidores.