Ir al contenido principal

Navegación principal

  • Audiolibros en castellano
  • Autores
  • Canales de Youtube
  • +Info
Sobrescribir enlaces de ayuda a la navegación
  • Audiolibros en castellano
  • Miguel Hernández
  • El niño yuntero, de Miguel Hernández | Poema

El niño yuntero, de Miguel Hernández | Poema

  • Poesía Recitada -Tomás Galindo-
  • Manuel López
  • Inmaculada de Miguel Historias y poemas
  • POESIA A LA CARTA
  • Poema en español(solapa activa)
Poema en español
El niño yuntero

Carne de yugo, ha nacido 
más humillado que bello, 
con el cuello perseguido 
por el yugo para el cuello. 

Nace, como la herramienta, 
a los golpes destinado, 
de una tierra descontenta 
y un insatisfecho arado. 

Entre estiércol puro y vivo 
de vacas, trae a la vida 
un alma color de olivo 
vieja ya y encallecida. 

Empieza a vivir, y empieza 
a morir de punta a punta 
levantando la corteza 
de su madre con la yunta. 

Empieza a sentir, y siente 
la vida como una guerra, 
y a dar fatigosamente 
en los huesos de la tierra. 

Contar sus años no sabe, 
y ya sabe que el sudor 
es una corona grave 
de sal para el labrador. 

Trabaja, y mientras trabaja 
masculinamente serio, 
se unge de lluvia y se alhaja 
de carne de cementerio. 

A fuerza de golpes, fuerte, 
y a fuerza de sol, bruñido, 
con una ambición de muerte 
despedaza un pan reñido. 

Cada nuevo día es 
más raíz, menos criatura, 
que escucha bajo sus pies 
la voz de la sepultura. 

Y como raíz se hunde 
en la tierra lentamente 
para que la tierra inunde 
de paz y panes su frente. 

Me duele este niño hambriento 
como una grandiosa espina, 
y su vivir ceniciento 
revuelve mi alma de encina. 

Lo veo arar los rastrojos, 
y devorar un mendrugo, 
y declarar con los ojos 
que por qué es carne de yugo. 

Me da su arado en el pecho, 
y su vida en la garganta, 
y sufro viendo el barbecho 
tan grande bajo su planta. 

¿Quién salvará este chiquillo 
menor que un grano de avena? 
¿De dónde saldrá el martillo 
verdugo de esta cadena? 

Que salga del corazón 
de los hombre jornaleros, 
que antes de ser hombres son 
y han sido niños yunteros.

Miguel Hernández
  • El niño yuntero, de Miguel Hernández | Poema

    Miguel Hernández

    Carne de yugo, ha nacido 
    más humillado que bello, 
    con el cuello perseguido 
    por el yugo para el cuello. 

    Nace, como la herramienta, 
    a los golpes destinado, 
    de una tierra descontenta 
    y un insatisfecho arado. 

  • Menos tu vientre, de Miguel Hernández | Poema

    Miguel Hernández

    Menos tu vientre, 
    todo es confuso. 
    Menos tu vientre, 
    todo es futuro 
    fugaz, pasado 
    baldío, turbio. 
    Menos tu vientre, 
    todo es oculto. 
    Menos tu vientre, 
    todo inseguro, 
    todo postrero, 
    polvo sin mundo. 
    Menos tu vientre, 

  • Ante la vida, sereno, de Miguel Hernández | Poema

    Miguel Hernández

    Ante la vida, sereno, 
    y ante la muerte, mayor; 
    si me matan, bueno: 
    si vivo, mejor. 

    No soy la flor del centeno 
    que tiembla al viento menor. 
    Si me matan, bueno: 
    si vivo, mejor. 

  • Tus cartas son un vino, de Miguel Hernández | Poema

    Miguel Hernández

    Tus cartas son un vino 
    que me trastorna y son 
    el único alimento 
    para mi corazón. 

    Desde que estoy ausente 
    no sé sino soñar, 
    igual que el mar tu cuerpo, 
    amargo igual que el mar. 

  • Del ay al ay por el ay, de Miguel Hernández | Poema

    Miguel Hernández

    Hijo soy del ay, mi hijo, 
    hijo de su padre amargo. 
    En un ay fui concebido 
    y en un ay fui engendrado. 
    Dolor de macho y de hembra 
    frente al uno el otro: ambos. 
    En un ay puse a mi madre 
    el vientre disparatado: 
    iba la pobre —¡ay, qué peso!— 

  • A mi hijo, de Miguel Hernández | Poema

    Miguel Hernández

    Te has negado a cerrar los ojos, muerto mío, 
    abiertos ante el cielo como dos golondrinas: 
    su color coronado de junios, ya es rocío 
    alejándose a ciertas regiones matutinas. 

  • Mis ojos sin tus ojos, de Miguel Hernández | Poema

    Miguel Hernández

    Mis ojos, sin tus ojos, no son ojos, 
    que son dos hormigueros solitarios, 
    y son mis manos sin las tuyas varios 
    intratables espinos a manojos. 

  • Me sobra el corazón, de Miguel Hernández | Poema

    Miguel Hernández

    Hoy estoy sin saber yo no sé cómo, 
    hoy estoy para penas solamente, 
    hoy no tengo amistad, 
    hoy sólo tengo ansias 
    de arrancarme de cuajo el corazón 
    y ponerlo debajo de un zapato. 

  • Cargar más
banner cuadrado de Audible
banner horizontal de Audible

Pie de página

  • Privacidad
  • Apoyar