Ha enmudecido el campo, presintiendo la lluvia. Reaparece en la tierra su primer abandono. La alegría del cielo se desconsuela a veces, sobre un pastor sediento.
Diciembre ha congelado su aliento de dos filos, y lo resopla desde los cielos congelados, como una llama seca desarrollada en hilos, como una larga ruina que ataca a los soldados.