Sepultura de la imaginación, de Miguel Hernández | Poema

    Poema en español
    Sepultura de la imaginación

    Un albañil quería... No le faltaba aliento. 
    Un albañil quería, piedra tras piedra, muro 
    tras muro, levantar una imagen al viento 
    desencadenador en el futuro. 

    Quería un edificio capaz de lo más leve. 
    No le faltaba aliento. ¡Cuánto aquel ser quería! 
    Piedras de plumas, muros de pájaros los mueve 
    una imaginación al mediodía. 

    Reía. Trabajaba. Cantaba. De sus brazos, 
    con un poder más alto que el ala de los truenos 
    iban brotando muros lo mismo que aletazos. 
    Pero los aletazos duran menos. 

    Al fin, era la piedra su agente. Y la montaña 
    tiene valor de vuelo si es totalmente activa. 
    Piedra por piedra es peso y hunde cuanto acompaña 
    aunque esto sea un mundo de ansia viva. 

    Un albañil quería... Pero la piedra cobra 
    su torva densidad brutal en un momento. 
    Aquel hombre labraba su cárcel. Y en su obra 
    fueron precipitados él y el viento.