Marcha el poeta por ásperos caminos, de Novalis | Poema

    Poema en español
    Marcha el poeta por ásperos caminos

    Marcha el poeta por ásperos caminos 
    y los espinos rasgan su ropaje. 
    Tiene que atravesar ríos y ciénagas 
    y nadie le tiende una mano amiga. 
    Solo y perdido, empiezan a brotar 
    las quejas de su corazón cansado. 
    Apenas puede sostener la lira, 
    un profundo dolor le ha derribado. 

    «Un triste destino me ha empujado 
    a vagar por el mundo, abandonado. 
    Traigo a todos la ilusión y la paz, 
    pero nadie las quiere compartir conmigo. 
    Cada cual con su vida y con sus cosas, 
    ve cómo aumenta, al verme, su alegría. 
    Echan entonces una limosna triste 
    y rechazan las súplicas del corazón. 

    Me dejan ir, indolentes, 
    como ven las primaveras: 
    al alejarme afligido, 
    mi pena y dolor ignoran. 
    Exigen luego los frutos 
    sin saber quién ha sembrado. 
    Hago versos sobre el Cielo 
    y nadie reza por mí. 

    Agradecido percibo 
    poder mágico en mis labios. 
    Oh si el amor me llegara 
    como una atadura mágica. 
    Nadie se ocupa de un pobre 
    forastero e indigente. 
    ¿Qué corazón va a apiadarse? 
    ¿Quién me libra de la pena?» 

    En la hierba se ha arrojado 
    y se duerme entre sollozos. 
    La sublime voz del canto 
    llena su pecho oprimido: 
    «Olvida lo que has sufrido, 
    se va a aligerar tu carga: 
    lo que por chozas buscabas 
    en un palacio se encuentra. 

    Se acerca la recompensa, 
    tu caminar se termina. 
    El laurel se hará corona 
    que una mano fiel te imponga. 
    A un corazón armonioso 
    lo llaman a gloria y trono. 
    Y al poeta, fatigado, 
    lo nombran hijo del rey». 

    • Una cosa sólo ha buscado el hombre en todo tiempo, 
      y lo ha hecho en todas partes, en las cimas y en las simas 
      del mundo. 
      Bajo nombres distintos –en vano– se ocultaba siempre, 
      y siempre, aun creyéndola cerca, se le iba de las manos. 

    • ... Cuando cifras y figuras dejen de ser 
      las claves de toda criatura, 
      cuando aquellos que al cantar o besarse 
      sepan más que los sabios más profundos, 
      cuando vuelva al mundo la libertad de nuevo, 
      vuelva el mundo a ser mundo otra vez,