En el mar 
tormentoso 
de Chile 
vive el rosado congrio, 
gigante anguila 
de nevada carne. 
Y en las ollas 
chilenas, 
en la costa, 
nació el caldillo 
grávido y suculento, 
provechoso. 
Lleven a la cocina 
el congrio desollado, 
su piel manchada cede 
como un guante 
y al descubierto queda 
entonces 
el racimo del mar, 
el congrio tierno 
reluce 
ya desnudo, 
preparado 
para nuestro apetito. 
Ahora 
recoges 
ajos, 
acaricia primero 
ese marfil 
precioso, 
huele 
su fragancia iracunda, 
entonces 
deja el ajo picado 
caer con la cebolla 
y el tomate 
hasta que la cebolla 
tenga color de oro. 
Mientras tanto 
se cuecen 
con el vapor 
los regios 
camarones marinos 
y cuando ya llegaron 
a su punto, 
cuando cuajó el sabor 
en una salsa 
formada por el jugo 
del océano 
y por el agua clara 
que desprendió la luz de la cebolla, 
entonces 
que entre el congrio 
y se sumerja en gloria, 
que en la olla 
se aceite, 
se contraiga y se impregne. 
Ya sólo es necesario 
dejar en el manjar 
caer la crema 
como una rosa espesa, 
y al fuego 
lentamente 
entregar el tesoro 
hasta que en el caldillo 
se calienten 
las esencias de Chile, 
y a la mesa 
lleguen recién casados 
los sabores 
del mar y de la tierra 
para que en ese plato 
tú conozcas el cielo.
Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto nació en Parral, Chile, el 12 de julio de 1904 conocido por el seudónimo y, más tarde, el nombre legal de Pablo Neruda, fue un poeta chileno, considerado uno de los mayores y más influyentes de su siglo, siendo llamado por el novelista Gabriel García Márquez «el más grande poeta del siglo XX en cualquier idioma». Entre sus múltiples reconocimientos destaca el Premio Nobel de Literatura en 1971. En 1917, publica su primer artículo en el diario La Mañana de Temuco, con el título de Entusiasmo y perseverancia. En esta ciudad escribió gran parte de los trabajos, que pasarían a integrar su primer libro de poemas: Crepusculario. En 1924 publica su famoso Veinte poemas de amor y una canción desesperada, en el que todavía se nota una influencia del modernismo. En 1927, comienza su larga carrera diplomática en Rangún, Birmania. Será luego cónsul en Sri Lanka, Java, Singapur, Buenos Aires, Barcelona y Madrid. En sus múltiples viajes conoce en Buenos Aires a Federico García Lorca y en Barcelona a Rafael Alberti. Pregona su concepción poética de entonces, la que llamó «poesía impura», y experimenta el poderoso y liberador influjo del Surrealismo. En 1935, aparece la edición madrileña de Residencia en la tierra.